Ruta realizada el 1 Mayo 2013.
Fuimos Mª José y yo, Antonio, el
que les escribe.
Cada vez que he ido a Sierra de
las Nieves, siempre he mirado a mi izquierda, procedente de Ronda, y divisaba una
inmensa mole montañosa blanquecina grisácea que me ha llamado constantemente la atención.
En esta ocasión tuve la suerte de
poder llevar a cabo el objetivo de patearla pero parecía otra montaña o sierra.
El color era un verde oscuro producido por la multitud de hierbas y flores que
este año están dejando estas lluvias. Durante un momento no reconocía la sierra
que, de siempre, he visto y he querido conquistar.
Pasando el desvío hacia Ronda,
procedentes de Algodonales, llegamos a una rotonda donde se pueden tomar varias
direcciones, entre ellas, San Pedro de Alcántara y El Burgo, por la que tomamos.
Pero, inmediatamente, giramos hacia la derecha como si fuésemos al
hipermercado. De hecho, hay que circular por la zona de aparcamientos y
continuar hasta conectar con el camino de Ronda a Yunquera que, al principio
asfaltado, rápidamente se convierte de tierra aunque con buen firme. Lo
continuamos durante un buen trayecto hasta alcanzar la edificación “Venta del
Ramirón” que hace esquina en un cruce de caminos y, enfrente, tiene un tablero
de la Junta de Andalucía que hace referencia a las aves que suele haber en ese
entorno.
Al lado del camino dejamos el
coche.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos nuestra ruta y caminamos por el camino
llamado “Puerta Verde de Marbella” Vía Pecuaria; Cordel de Camino de los
Pescadores, según nos indicaban varios postes metálicos informativos que
veíamos a nuestro paso.
Enseguida caminamos junto al
Cortijo del Peinado y, durante un tramo, fuimos paralelos a la pista de
aterrizaje de ICONA aunque, lo único que vimos fue una pareja que la utilizaba
como pista de despegue de un avión de aeromodelismo que hacía un ruido
infernal.
Terminada la pista, el camino se
hace descendente hasta alcanzar el punto donde nos desviamos, a nuestra
izquierda, por otro carril algo más deteriorado que el anterior justo en el
punto donde el camino Puerta Verde de Marbella cruzaba al arroyo del Lancero
para unirse al río Grande o Guadalevín. Allí también se encontraba el Cortijo
de Lobatos.
Ahora en ascenso, pasamos junto
al Cortijo del Rasero con vastas extensiones de trigo verde a su alrededor.
Justo antes de llegar a una cancela que cortaba completamente el camino e
impedía el paso a cualquier persona ajena a la propiedad, nos desviamos a
nuestra derecha por un senderillo que se introducía en la maleza y que, al
principio, no me daba demasiadas confianzas pero que, pronto, nos llevó a una
portilla que indicaba “Dejar cerrada, ganado suelto”.
El sendero se hizo más marcado y
visible, lo que incrementó nuestra confianza perdida.
Lo seguimos entre árboles,
arbustos y matas de aulagas y, rápidamente, descubrimos un nuevo cortijo al
cual, daba la impresión que nos iba a llevar el trazado.
Nos bajó a una vaguada, que
pronto volvimos a subir, marcando una curva muy cerrada y llevándonos directamente
al Cortijo. Se trataba del Cortijo Melequetín. Pasamos pegados al mismo,
abrimos una cancela y nos encontramos con el dueño que, muy amablemente, nos
indicó algunas dudas que teníamos del recorrido. En ese momento se acercaron
tres perros que, según nos indicó, eran animales mansos.
Tras la cancela, pasados unos
veinte metros, alcanzamos un camino que, en claro ascenso, nos iba a dejar al
lado del grupo de antenas que veíamos a lo lejos, desde abajo, situadas en el
extremo de la cordal de la sierra Hidalga.
Avanzábamos a un gran ritmo. Aunque
subiendo, el firme era cómodo y fácil y, tras algunas revueltas, llegamos a un
cruce que se dirigía hacia el Cortijo de Diezma. Nosotros continuamos por el
que llevábamos y, al rato, descubrimos un gran aprisco derruido.
Cogimos bastante altura y
contemplábamos Ronda y toda la sierra de Grazalema al fondo. Tras otras vueltas
del camino localizamos el segundo aprisco también con pinta de abandonado y
derruido.
El camino parecía que no tenía
fin. Mediante multitud de zigzags iba superando una buena pendiente y tomaba
bastante altitud. Desde el Cortijo Melequetín hasta la base de las antenas,
rondaba los 500m de desnivel. Antes nos encontramos con una pequeña casetilla
de transformación de una línea eléctrica que parecía morir allí; al menos la
línea eléctrica aérea llegaba justo hasta ese habitáculo. Supongo que seguiría
subterráneamente.
Cuando el carril alcanzó la base
de las antenas, justo en el collado, nos permitió ver las vistas de la Sierra
de las Nieves que se encontraban al otro lado de la ladera. Fue algo
impresionante!! Había nevado de nuevo y estaba cubierta por un manto blanco, no
demasiado tupido, pero había que reconocer que se trataba de primeros de Mayo.
Este año el tiempo está algo anormal.
Continuamos un corto tramo por el
carril que envolvía la cordal de la Hidalga llamado Camino de Espinarejo pero,
pronto, lo abandonamos para caminar directamente por la cordal o crestería de
la Sierra Hidalga.
Pronto alcanzamos la primera
elevación que nos encontramos en la cordal, desde la que se observaba
perfectamente todo el complejo de antenas desde lo alto. También se divisaba
toda la extensión de la sierra que nos quedaba por patear y, por fin, no íbamos
a pisar carril durante un buen trayecto. Se observaban muchas otras pequeñas
elevaciones aisladas con forma de torcalitos.
Entre grandes bloques de piedras
fuimos progresando hasta que, poco a poco, localizamos el poste geodésico y a
él nos dirigimos. Nos echamos las fotos pertinentes, estudiamos el camino a seguir
(pues sólo llevábamos una orientación estudiada
sobre el google earth) y buscamos la mejor forma de bajar para alcanzar su
base.
La parte superior de la Sierra de
Hidalga se trata de una inmensa loma donde existen multitud de elevaciones
individuales en forma de torcales con algunas llanuras entre ellas despejadas
de piedras. Realmente se trata de una sierra muy atractiva.
Divisamos el Cortijo del
Espinarejo, al que hubiésemos llegado si no hubiéramos abandonado el camino.
Bajamos y contactamos de nuevo con
el camino del Espinarejo que, rápidamente, abandonamos para, campo a través y
aprovechando muchos senderos que el ganado ha marcado, progresar por la sierra
buscando nuestra siguiente elevación que coronar.
Lo primero que vimos fue el
enorme pico de la Peineta, similar en altitud al de la Hidalga, pero que no
quisimos abordar por no tener claro el tiempo disponible ni la longitud de recorrido
que aún nos quedaba (algo habrá que dejar para otra ocasión!!) pero si subimos
una que nos cogió de paso en la dirección en la que caminábamos.
Se trataba de un precioso y
coqueto torcal con formas de las más caprichosas y curiosas. Además tenía de
fondo toda la sierra de las Nieves, nevada, que le daba un toque aún más bello
a la zona. Según el IGN, nos movíamos por la zona llamada de “Las Atalayas”.
En algunas partes ocultas pudimos
observar aún algunos resquicios de la nieve caída, aunque era pequeñísimas
manchas aisladas las que quedaban.
Tras subirnos a todos sus
rincones y explorar todos sus recovecos, continuamos con nuestra aventura. Era
muy difícil aguantarse las ganas de subir y bichear todos esos torcalitos que
veíamos en nuestro caminar, pero todo no se podía abarcar.
Habíamos tomado la dirección
hacia el Carramolo del Queso, así que no queríamos ampliar en exceso nuestra
ruta.
Pasada la zona de las Atalayas,
nos encontramos con un largo vallado que, tras buscar alguna portilla o algún
saltadero y no localizarlo, pasamos por un tramo, que no ofrecía ninguna
dificultad, y lo salvamos.
Mirando hacia atrás veíamos los
dos picos principales de esta sierra, La Hidalga y Peineta, uno conquistado y
otro por conquistar, además de la elevación que anteriormente habíamos subido junto
a toda la planicie donde se encontraban. Siempre he comentado que, mirar de vez
en cuando hacia atrás, nos descubre bellas perspectivas.
Buscábamos un lugar para comer
cuando llegamos a una especie de meseta rocosa de metro y medio de altura
aproximadamente sobre el nivel que pisábamos, bordeada de pequeños pinsapos e,
incluso, con algunos ejemplares entre las grietas, donde nos quedamos a
contemplarlos y reponer las energías perdidas.
Algunos árboles tenían piñas en
su parte superior y una especie de frutos en la inferior.
Desde aquí se divisaba a lo lejos
el Carramolo. Ya no existía ninguna duda respecto a la dirección a tomar y para
allá fuimos. Pasamos por un terreno relativamente llano con mucha hierba baja
que bordeaba y daba mayor énfasis a las rocas que lo limitaban. Cómodo de
caminar y precioso de ver.
Llegamos a otra zona de pinsapos
pequeños. Éstos estaban limitados por una valla de protección (supongo que
serán de repoblación). Desde aquí la visión de Ronda era espectacular.
Caminábamos en ligerísimo
descenso y paralelos a un pequeño hundimiento del terreno donde existía una pequeña
casita derruida. Supongo que de pastores.
Cuando nos dimos cuenta teníamos
delante de nuestras narices el Carramolo del Queso, con esas tonalidades de blanco
grisáceo con verde vivo. Una gozada para la vista y más, sabiendo que dentro de
poco, sólo veremos el color de la roca y amarillo amarronado alrededor. Una vista
completamente diferente. Pero eso es Andalucía a partir del mes de Mayo!
Bicheamos a su alrededor para
localizar la mejor zona para subir a su cumbre ya que, el Carramolo, es como
una torta o queso de paredes relativamente verticales que, desde lejos, parece
inexpugnable pero, si te acercas, puedes ver diferentes posibles pasos.
Elegimos uno que acertamos a la
primera y, en poco tiempo, estuvimos en su cumbre marcada por un cúmulo de piedras
como poste. Las fotos de rigor, algo de fruta y chocolate y, a explorar el
lugar por donde mejor bajar tras estar oteando todas las magníficas vistas que
desde aquí se apreciaban, incluida toda la cordal o loma desde la que
procedíamos y la sierra de Grazalema sobre la ciudad de Ronda.
Iniciamos la bajada entre algunos
bloques de piedras que, para quién esté acostumbrado no revisten mayores
complicaciones, y nos depositó en una inmensa terraza, muy simpática y coqueta,
que nos condujo a unos pequeños prados, limitados por arbustos de majuelos en
flor con hierba como la de los campos de balompié que terminaron en destrepes
algo más complejos pero para nada delicados.
Sólo nos quedó localizar el
sendero que, de forma clara y marcada, nos conducía evitando unas vallas hacia
la cancela o portilla que, tras abrirla, nos dejaba sobre el carril del Camino
de Ronda a El Burgo.
De nuevo y, ya hasta terminar,
otra vez por un camino de tierra. Subimos ligeramente hacia el puerto de Lifa
pasando por una enorme cancela con un impresionante mataburros en su base y, llegados
al citado puerto, vimos un poste de madera con diferentes direcciones.
Caminábamos con dirección a Ronda
por el carril que, salvo un corto tramo, fue en descenso continuo y con unas
vistas espectaculares ayudadas por la luz que en esos momentos teníamos.
Pasamos por algunos cortijos
abandonados y en ruinas a lo largo del trayecto y, poco a poco, fuimos
descendiendo hasta alcanzar el punto donde, por la mañana, habíamos dejado
nuestro vehículo, no sin antes echar nuestro último vistazo a la sierra que
subimos.
Una vez cambiados de calzado y
ropa, emprendimos el regreso pero, esta vez, sin parada intermedia ya que, al
día siguiente, había que trabajar y queríamos llegar temprano.
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
Si quieres descargarte el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:
Qué buenas fotos!!! Las de los pinsapos son geniales!!!
ResponderEliminarHola viquiló, muchas gracias, es que soy todo un profesional !!!!
EliminarSerá por la experiencia adquirida en las numerosas rutas realizadas !!!
Qué va, qué va !!! estas cámaras de hoy lo hacen todo ellas solitas.
Un Beso
HOla Antoniio
ResponderEliminarsoy senderisto ingles y he hecho el Hidalga
la distancia para mi fue 16 kilometros ,
La senda despues el cortijo el Rasero es cortado por una nueva malla y un cancela con candado
yo entro el carril que va a un otro cortiijo y dice no pasa y voy inmediatamente a la derecha y salgo por un anguerilla a la derecha .
LA primera vez que lo hecho esta ruta podria usar la ruta por la cancela en el foto y continuar hasta el cortijo Melequetiin
un saludo
PAtrick
robertpatrickelvin@gmail.com
Hola Patrick Elvin, creo entender, que me indicas, que el acceso a sierra Hidalga está cortado por el itinerario que comento en mi blog y que ahora se realiza por otro camino. Si es así, te agradezco tu información y de camino, espero que también sirva a todos los usuarios que lean esta entrada, para que estén informados y lo tengan en cuenta.
EliminarGracias y un saludo.