Ruta realizada el día 20 de
Febrero del año 2016
Fuimos Mª José y yo, Antonio, a
realizar otra ruta, por esa preciosa y atractiva Sierra de Cazorla, Segura y
las Villas.
Había estado mirando el tiempo y
según informaba, parecía que nevaría en esta sierra de Jaén, aunque imaginaba
que encontraríamos manchas esparcidas, cuando fuésemos.
El caso es que tuvimos la
oportunidad de ir ese fin de semana y no lo pensamos mucho. Estudié unas
posibles rutas a realizar y decidí subir al Calar de Juana, donde suponía que
podríamos encontrar algo de nieve (cosa que ya veía casi imposible este año,
con el poco frío que hemos tenido)
Nos hospedamos en los
apartamentos del Valle del Guadalquivir, limpios, cómodos, confortables y a un
buen precio, en Arroyo Frío.
El sábado nos levantamos
tempranos, desayunamos enfrente una buena tostada de jamón con su cafelito
correspondiente y salimos hacia Vadillo Castril. Dejamos el cruce a la derecha, continuamos por la carretera,
atravesamos el puente sobre el Guadalquivir, justo antes de formar el embalse
de la Cerrada de Utrero y acto seguido nos topamos con una bifurcación,
cogiendo la de la izquierda (JF-7091)
Esta carretera ya no la
abandonamos. Pasados algunos kilómetros, creo que a la altura de los Collados,
aunque no recuerdo con precisión, el asfalto se transformó en tierra y aunque
siempre en un buen estado el firme, comenzaron a aparecer bandas de nieve sobre
ella y yo, que con la nieve no me entiendo, ni estoy acostumbrado, avance
algunos kilómetros más buscando la Fuente de la Garganta, pero la nieve empezó
a ser más abundante y preferí aparcar el vehículo en un rellano, cerca de la
cabecera del arroyo de Valdeinfierno.
Cierto es, que vimos a dos
lugareños con sus 4x4, como Pedro por su casa, sin ningún tipo de vacilaciones,
pasaron por esos carriles cubiertos de nieve. Yo por si acaso preferí colgarme
la mochila a la espalda y las botas de montaña en los pies, e iniciar el
trayecto algunos kilómetros antes de lo previsto.
Comenzamos nuestra andadura por
el carril, pegándonos más de un resbalón con la nieve prensada y helada que lo
cubría, al comienzo en suave ascenso, para terminar en continuo y suave
descenso, hasta que lo abandonamos.
Entre el pinar, teníamos unas
impresionantes vistas de los Poyos de la Mesa, donde estuvimos hace unas
semanas.
Pasamos junto a la Nava del
Espino y su caseta forestal derruida, allí mismo, vimos unos postes
indicativos. En nuestra dirección, nos mostraba el Refugio C.F. Fuente de Acero,
unos 9Km y de dónde veníamos, el Refugio C.F. El Sacejo, unos 14Km.
Más adelante dejamos a nuestra
izquierda un camino que se internaba hacia el Noreste, paralelo al arroyo de la
Garganta y que estaba cortado mediante una barrera metálica.
Al rato de caminar, nos llamó la
atención un peñón rocoso junto al carril, en cuyas caras extraplomadas tenía
pequeñas oquedades o cobijos y de su parte alta caía un reguerillo de agua,
además de tener varios carámbanos colgados en sus bordes, justo enfrente se
situaba, algo oculta, la Fuente de la Garganta, al otro lado del carril.
Bajamos a verla y hacernos varias
fotos. Sus aguas caían hacia el arroyo de la Garganta, que alimentaba. Aquí,
pensábamos comenzar esta ruta y ya llevábamos tres cuartos de hora caminando.
Abandonamos el carril, tirando
hacia la derecha y dejando el puente que salvaba al arroyo hacia la izquierda.
Aun por carril claro, y colmatado de nieve, aunque con poca altura, continuamos
un corto trayecto paralelos al arroyo, hasta que comenzamos una intensa subida,
dejando a nuestra espalda el arroyo.
Alcanzamos el collado, repleto de
nieve y a continuación un vallado doble, uno algo más viejo que el otro, al
parecer perteneciente al parque cinegético de la Nava de San Pedro. Lo seguimos
paralelamente por el exterior, aunque podríamos haberlo hecho por el interior,
ya que poseía tramos tumbados. Seguimos su perímetro, que algo más adelante
realizaba un ángulo recto.
Aquí, en este punto,
prácticamente en la cabecera del Barranco de la Media Hanega, según el IGN y
Anega, según otros, sería el punto de unión o de cierre de la posible circular
que pretendíamos realizar. Qué pena, ahora que escribo este relato, que hubiese
decidido comenzar por el ramal contrario al Barranco, ya que terminé haciendo
una lineal, preciosa y bella coma la que más, pero a mí siempre me han llamado
más la atención, las circulares, que no cerramos por falta de tiempo y por
tratarse de un terreno, a priori, más comprometido y desconocido.
Creo que hubiese llegado antes al
Calar de Juana y posiblemente hubiera regresado por el Vado de los Perrillos.
Pero bueno, habrá que volver para conocer la zona completa.
Tomamos el ramal que nos llevaba
paralelamente y por su base, a la Lancha de la Media Hanega, dirección
Suroeste.
Por un manto blanco como suelo y,
entre un hermoso pinar, flanqueados por las paredes de la Lancha, con algunos
que otros picachos pétreos que sobresalían, con formas características y con
vistas a las sierras del entorno con esa película blanca que tanto las adorna,
caminábamos absortos de tanta belleza.
Pasamos entre la Lancha de la
Media Fanega y el cerro de los Torcales de Pedro, cuando nos encontramos con
una pronunciada bajada, recorriendo el Barranco del Coberterón.
Al principio, caminamos algo
campo a través, aunque era imposible desorientarse, ya que teníamos que avanzar
por su claro cauce, hasta que dimos con un perfecto sendero arriero, con algún
paso, donde no te podías distraer.
Nos llevó directamente al fondo
del barranco por donde discurrían las aguas del Alto Gualay. justo al lado de
un cartel metálico de la Junta, que prohibía el paso terminantemente, salvo
autorización expresa para ese recorrido, la Cerrada de la Canaliega.
Era impresionante como nos
recibía ese tramo del Gualay, con el peñón bestial que asomaba y daba comienzo
al tramo que caminamos junto a él, con esas paredes verticales en forma de proa
de barco, en que culminaba la estribación proveniente de la Nava de Don Antonio
y dividía el tramo permitido del otro con necesidad de autorización.
Por claro camino, casi carril,
fuimos caminando paralelos a las transparentes y correnteras aguas, en suave
ascenso.
Delante nuestro, vimos como un
jabalí estaba comiéndose a un muflón muerto, ya devorado anteriormente,
seguramente por los buitres.
Un entorno privilegiado, era
increíble observar los peñones, oquedades, cuevas y formas caprichosas y
enormes que formaban Las Pegueras, situadas al Norte de nuestra posición,
mientras caminábamos por esa bella garganta.
A la altura de Peña Halcón, más
bien, del Collado de los Pegueros, tuvimos que cruzar el Gualay, usando algunas
piedras colocadas estratégicamente, en la zona del Vado de los Perrillos.
Pasada la barrera fluvial, nos
encontramos con una superficie colmatada de nieve, en donde daba gusto tirarse
y gozar de ella, pero la ruta era larga y no nos podíamos entretener.
Nos tocó de nuevo, subir por una
empinada ladera entre un denso pinar, guiándonos exclusivamente de los
numerosos hitos de piedras que sobre la nieve resaltaban perfectamente,
dirección hacia el collado de Juan Domingo.
Tuvimos la suerte de ver muflones
y los buitres sobrevolándonos y las cascadas de hielos sobre las verticales
paredes que nos rodeaban.
Alcanzado el collado, Mª José
prefirió sentarse a descansar y tomarse unas frutas, mientras que yo, enfilé
directamente hacia el Poyo de Juan Domingo. Una elevación con una ubicación
excelente, toda ella cubierta de nieve y con unas vistas panorámicas
increíbles. Aguanté todo lo que pude, ya que costaba trabajo irse de ese lugar,
pero el proyecto exigía continuar.
Llegué hasta ella y le hice un
"proposición indecente", subir por la vía rápida al Calar de Juana,
por la directa, por la máxima pendiente de la ladera con las condiciones que la
pillamos, me sorprendió, accedió.
Pues nada, para arriba como un
buey, inclinación fuerte y nieve para parar un barco. Las botas a esa altura de
ruta, las llevaba empapadas completamente y si te parabas un rato, notabas el
frío intenso en los pies, pero había que seguir rompiendo nieve y no se podía
parar.
Haciendo algunos zigzag y
buscando los mejores pasos entre las rocas ocultas y matas, avanzamos.
El
paisaje iba cambiando a medida que subíamos, los pinos cambiaron el verde por
el blanco y el cielo se iba tornando gris. El viento arreciaba y se hacía un
lugar cada vez más inhóspito.
Con esfuerzo, encumbramos el
Calar de Juana, con su poste geodésico helado.
No pudimos estar mucho tiempo
allí, por el gran frío y viento existente, así que caminamos por el extenso
Calar, dirección hacia la Nava de Don Antonio, con idea de contactar con el
carril-senda procedente de la Casa Forestal de Gualay y cerca del Pilón del
Ahogado, según IGN "Camino del Pilón del Ahogado a los Tornillos del
Gualay"
Una vez sobre él, y aquí enlazo de alguna manera, con lo que
comenté al principio de este relato, estuvimos durante un buen rato debatiendo
la mejor opción de regreso, por un lado mi interés y ganas, era la de realizar
el circular, eran sobre las 15,45h, pero tras ver el esfuerzo y trabajo que nos
costó subir la ladera nevada de forma directa al Calar y viendo sobre el mapa
que teníamos que realizar una bajada y posterior subida hacia el Gualay,
buscando el Puente de la Canaliega, de similares características y sin tener
claro de que hubiese senderos o fuese campo a través con laderas nevadas,
preferí tomar por lo seguro y conocido.
No muy conforme, tomamos el
sendero claro, pero camuflado bajo el blanco manto, que por un extraordinario
trazado de la senda nos llevaría de nuevo al collado del Poyo de Juan Domingo.
Un recorrido precioso entre
pinares y una senda blanca deslumbrante. Una vez en el collado, el resto del
itinerario fue por el mismo de ida, hasta que alcanzamos de nuevo el vehículo.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lineal-de-subida-al-poyo-de-juan-domingoy-calar-de-juana-desde-la-fuente-de-la-garganta-40918412
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
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