Ruta realizada el día 26 de
Diciembre del 2015.
Fuimos Mª José y yo, Antonio, a
realizar una circular en una zona completamente desconocida para nosotros, los
Montes de Málaga.
Tiramos por la autovía que une
Sevilla con Málaga. en la entrada de la ciudad, nos dirigimos hacia Almería,
tomando el ramal que nos llevaría al Rincón de la Victoria entre otros,
nosotros buscamos una salida mucho más cercana a esas poblaciones, desviándonos
por la 246 A, hacia El Palo, también indicaba Av. J.S. Elcano, nada más salirnos,
llegamos a una rotonda, la rotonda El Palo y en una calle ciega, C/ Ramón Gómez
de la Serna, aparcamos.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos esta ruta, en su inicio urbana, con un fuerte
desnivel por sus calles.
Tomamos por la Av. San Isidro,
que desde la rotonda y por debajo de la autovía, nos fue introduciendo en la
urbanización del Lagarillo, pasamos a la av. San Antón, caminamos junto a la
Comunidad de Pinares de San Antón y el club de Tenis, todo en ascenso continuo.
En algún momento abandonamos la
principal, que no debíamos haberla dejado, y continuamos por la C/ Serranía de
Ronda, que no tenía continuidad, pero está visto, que suele ocurrirle esto a
bastante gente, ya que existía un pequeño sendero entre la zona ajardinada, que
unía ésta, de nuevo, con la principal, situada más arriba.
Continuamos por la av. San Antón,
llegando a su parte final, la más alta, ya teníamos buenas vistas sobre el
Mediterráneo y tomamos un ramal de tierra que conectaba con ella y que impedía
el paso de vehículos a motor, mediante una cadena. Ese camino, si no me
equivoco, se trataba de la C/ de Stradivarus.
Anduvimos un trecho por él,
incluso trochamos algo por un pequeño sendero. Nos acercamos a un mirador intermedio en el mismo camino, con
vallas realizadas con troncos de madera. Se dominaba toda la costa, se veía
toda Málaga, incluido su puerto. unas preciosas vistas.
Si hubiésemos continuado por el
carril, hubiéramos llegado al mirador situado en lo alto de la elevación
existente más al Sureste, de 386 m de altitud, pero como pretendíamos realizar
una circular, lo dejamos para luego.
Desde este punto, nos dirigimos
hacia el collado que separaba ambas elevaciones, cerros o tetas.
Al ir acercándonos por la senda,
ésta nos llevó bajo las paredes iníciales del cerro derecho, el más Oriental y
descubrimos algunas grietas, como estrechos cobijos, o pequeñas cuevas. En la
parte superior de uno de ellos, habían colocado la estatua pequeña de una
virgen.
Las vistas hacia atrás, hacia la
costa, cada vez, eran más espectaculares. Se dominaba un amplio sector costero.
Alcanzamos el collado y decidimos
atacar en primer lugar el cerro o Teta, San Antón Este. Siguiendo el claro
sendero que nos conducía entre matorral de bajo porte y algunas piedras, en
poco tiempo, pisamos su cima.
Se trataba de un excelente
mirador natural, con preciosas vistas a todo el alrededor. Fue un placer
sentarse en algunas de las rocas existentes en su cumbre, descansar, comer
algunas frutas y gozar de sus bellas vistas. Por poner un "pero", se
notaba que se trataba de una cima muy frecuentada y al no ser demasiado
complicada y no encontrarse muy distante de la urbe, se notaba más deteriorada,
gastada y menos limpia, con más pintadas y suciedad en el suelo, que otras elevaciones de sierras cercanas. Por desgracia, parece ser un coste que debe
soportar este tipo de picos.
De aquí, regresamos al collado,
por el mismo camino de ida y del collado, tiramos hacia la siguiente elevación,
el Cerro o Teta, San Antón Oeste.
También llegamos enseguida, algo
más rocoso que el anterior, aunque de similares características. Tenía una cruz
clavada en lo que se supondría debería ser el hito cimero, aunque se encontraba
a una cota inferior de lo que medía la elevación principal, pero supongo que era
la ubicación, lo que más en cuenta se tuvo a la hora de colocarla. Un balcón
natural espléndido. Las vistas hacia la costa, no tenían obstáculo alguno.
Esta segunda cumbre disponía de
un pequeño hombro hacia el Oeste, un lugar con buenos cortados hacia el Norte
que estuvimos explorando.
Al Sur de nuestra posición y a
una cota de más de 150 metros por debajo de donde nos hallábamos, visualizamos
un saliente que nos llamó la atención. Descendimos por una senda que
encontramos que nos fue bajando hasta dar con ella.
Otro perfecto mirador natural,
sobre la costa y urbanización por la que subimos. De haber continuado en esa
dirección, no recuerdo si era posible o no, hubiéramos descendido sobre las
viviendas más altas de la urbanización y se nos hubiera terminado la corta
excursión.
Nuestra pretensión era otra bien
distinta, prolongar en lo posible, la estancia en esta montaña, explorando
todos sus rincones, así que, situados en el extremo de este bajo saliente,
intentamos, campo a través, mantener la cota y contactar de nuevo sobre el
sendero de subida que realizamos en el inicio, para acceder al collado entre
las Tetas de San Antón.
Al final, lo conseguimos. Fue
algo más complicado de lo previsto, por culpa de la vegetación, que cuando
estuvimos cerca del punto de conexión, nos hizo subir de cota por intentar
caminar algo más cómodo.
Sobre la clara senda, de nuevo
nos llevó frente a la pequeña cueva que vimos al subir al collado en el
recorrido de ida, donde a la sombra de un árbol descansamos algo, para reponernos
del esfuerzo realizado en el cruce, campo a través.
Continuamos por claro sendero,
perdiendo algo de cota, pasando por la parte Sur de la base del San Antón Este,
hasta conectar con el carril (en otro punto) que no era otro, que el camino por
el que tomamos al inicio de la subida, pasada las casas de la urbanización de
los Pinares de San Antón, que poseía la cadena, la calle de Stradivarus.
Rápidamente, accedimos al extremo
más Sur, de este conjunto de elevaciones, que bauticé como San Antón Sur, otro
precioso mirador con vallas de madera, para otear desde un ángulo diferente,
las Tetas de San Antón, las piscinas de los adinerados propietarios de los
chalets de esa urbanización desparramada a lo largo de la inclinada ladera y
por supuesto, de toda esa extensa costa malagueña, en esos momentos, ya tan
conocida por nosotros.
De esta última elevación,
continuamos por un corto tramo de carril de tierra que nos dejó en el Camino de
la Robleda, tramo asfaltado, por el que pasó alguno que otro vehículo mientras
caminábamos, bordeando, en principio por el Este, los Cerros de San Antón.
Llegamos a un gran árbol que se
nos quedó a la izquierda y un rellano a continuación, junto a la carretera
y al mismo lado, por donde tomamos.
Comenzamos a cerrar la circular,
ahora por el Norte de las cumbres. Todo este trazado era por un claro sendero,
que nos llevaba a media ladera entre terrenos de cultivo, principalmente
olivos, aunque alguna que otra encina se mezclaba con ellos.
A medida que avanzábamos por él,
los riscos de las cumbres que formaban los cerros de San Antón, se marcaban y
sobresalían del resto de la laderas que los formaban, el terreno iba variando y
la hierba entre los árboles, iba cambiando a plantas de mediano porte. Llegó un
momento, sobre todo por el tramo comprendido entre La Manga y el Lagar de los
Tontos, que la senda iba embutida en una densa vegetación arbustiva, retamas,
palmitos, etc.
Fuimos envolviendo por el Norte
las elevaciones, fuimos testigos de esas impresionantes paredes cortadas a pico
que poseía el San Antón Oeste y que estuvimos bicheando desde arriba y poco a
poco terminamos caminando por el Oeste de las elevaciones cerrando el circuito.
Aparecieron frente a nosotros las viviendas situadas en la parte alta de Huerta
de la Barriga, con las grúas, al fondo, del Puerto de Málaga.
La senda a la altura de La
Barriga, según el IGN, conectó con un carril de tierra ancho y claro, que unía
diferentes casas y núcleos urbanos con la urbanización por la que iniciamos el
recorrido.
A esa altura, en las paredes
verticales de la elevación Oeste, había varios escaladores practicando su
deporte, fuimos localizando más viviendas en nuestro avance, ahora las que
estaban ubicadas en el interior del valle, junto al arroyo Jaboneras, como en
la Cerrajerilla y en la Mosca.
Pasada la zona de la Huerta del
Conde y prácticamente situados al Sur del saliente Suroeste donde estuvimos
antes de realizar la travesía campo a través, conectamos con la primera calle
de la urbanización más occidental, justo en el aparcamiento de una área
recreativa en la zona del Lagarillo Blanco, la calle Almendros.
Sólo nos quedó seguirla, cuesta
abajo, hasta conectar con la Av. San Antón y de ésta, pasamos a la de San
Isidro, coincidiendo este último tramo con el de ida.
Dimos por finalizado, un amplio
estudio y exploración de estos preciosos cerros de los Montes de Málaga.
https://www.wikiloc.com/hiking-trails/circular-de-subida-a-las-tetas-de-san-anton-montes-de-malaga-32265677
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Hola, dime tu comentario o mensaje e intentaré responderte lo antes posible, gracias