Ruta realizada el día 24 de
Agosto del 2015
Nos escapamos por segunda vez en
este verano a nuestro recinto montañero favorito, a Asturias.
En esta ocasión, cargado al
máximo de posibles track. Siempre es conveniente llevar de más, que de menos.
Cambiamos nuestro lugar de
residencia habitual, solemos tirar para la zona de Cangas de Onis, visitamos en
esta segunda escapada la zona de Tineo, hacia el Oeste de Asturias,
concretamente nos hospedamos en el Crucero, en un hotelillo muy apañado.
Nuestro primer objetivo montañero
propuesto, se encontraba en el Sur, lindando con la provincia de León,
concretamente un recorrido circular por los Lagos de Saliencia.
Salimos temprano del hotel,
dirección hacia Belmonte, si no recuerdo mal. Bajamos hasta Aguasmestas, seguimos
hasta la Central de la Malva, donde tomamos la comarcal que pasando por Veigas,
Villarín, donde desayunamos, Arbellales, La Endriga y por último, el pueblo de
Saliencia, que sobrepasamos, hasta que alcanzamos el aparcamiento del Alto de
la Farrapona.
Con la emoción y cierta idea de
tratarse de una magnífica elección de ruta, nos colocamos las mochilas a la
espalda y las botas de montaña en los pies, iniciando el recorrido por el
camino pedregoso que nos conduciría hacia el Lago de la Cueva.
Lo primero que me llamó la
atención fue un gran bocado de color rojo intenso en una ladera que teníamos
enfrente, luego me enteré que se trataba de una antigua mina de hierro, la mina
Santa Rita, a la que nos acercamos al terminar la circular.
Próximos al lago, abandonamos el
ancho carril y lo bordeamos a cierta altura, dejándolo a nuestra derecha, por
el Este. Dimos con una cabaña de construcción moderna, como un refugio y a su
lado, una cabaña de teito, típica cabaña de la zona con techos muy inclinados y
cubiertos de brezo.
Por marcado y claro sendero,
fuimos ascendiendo continuamente hacia la Collada de la Forcada, las vistas a
medida que ibas subiendo eran preciosas, se observaban los picos cercanos que
nos rodeaban y algunos de más allá, las vistas desde lo alto del lago de la
Cueva, de impresión.
Conquistado el collado y con
nuestro primer pico a tiro de piedra, invertí el sentido de marcha para
encumbrar el extremo de la estribación, un mirador natural con vistas
excelentes.
En la falda contraria a la que
subíamos, hallamos un numeroso grupo de rebecos, que al vernos, salieron
despavoridos corriendo hacia abajo.
Ya sólo nos quedó subir la
pendiente herbosa, en acentuada pendiente, envolver la Peña por el Oeste y
atacarla desde el Sur. Primer pico Conseguido, la Peña Braña, de 1931m de
altitud.
No estuvimos mucho tiempo en su
cumbre, ya que la empresa que pretendíamos realizar, no era una tarea corta y
no teníamos claro el tiempo a invertir, ni los obstáculos que encontraríamos.
Llevaba varios track circulares
por la zona, utilizando partes de todos ellos, podríamos haber subidos a todas
las elevaciones de la cresta que se nos presentaba por delante, ya que yo soy
"coleccionista de piquitos", pero por lo mismo que comenté antes,
desconocimiento de la zona, preferí acometer sólo los más emblemáticos y eso
que el terreno no impedía demasiado el caminar por cualquier parte.
Así, que dejando parte de la
cordal a nuestra izquierda, caminamos ligeramente a una cota inferior de su
divisoria, dejando pasar sin coronar, las Peñas de Traspando, la Collada Sousas
y la Peña Cualmarce.
Iniciamos la subida por su
crestería, a partir de la Collada Cualmarce, dirección al pico Calabazosa, no
podía consentir dejar pasar ninguno más, un recorrido muy agradable, fácil y
con vistas extraordinarias.
Sólo en el acercamiento a su
cumbre, se convirtió en un terreno calizo y con un toque aéreo muy llamativo, aunque
sin ser nada comprometido. En su cumbre estaba una pequeña cruz metálica con un
buzón cilíndrico, soldada a su mástil. Preciosas vistas de todo el entorno que
nos rodeaba. Peña Calabazosa conseguida, con sus 2104m de altitud.
Nos encontrábamos en el punto más
al Sur de nuestra circular.
Aunque estuvimos algún tiempo más
que en el anterior, tampoco nos quisimos entretener demasiado, así que de
nuevo, tiramos para abajo, pasamos por el Collado Congosto y por un terreno muy
irregular, bastante alomado, con muchos altibajos, fuimos buscando los mejores
pasos para ir progresando, ya sin sendero definido, pero cómodo de caminar.
De nuevo, nos encontramos con
multitud de rebecos y por supuesto, de las omnipresentes vacas y poco a poco,
llegamos a nuestro tercer pico de la jornada, aunque a éste, es difícil
denominarle pico, ya que se trataba más bien de una elevación ligeramente
prominente, dentro de un caos de hundimientos y elevaciones. El Pico el Valle
Calabazosa, de 2006m de altitud.
Desde este hito cimero, que se
trataba de un cúmulo tronco cónico de piedras agrupadas, teníamos a
continuación nuestro cuarto objetivo de ruta, el primero de los Albos, el
Oriental.
Nos sentíamos observados por
todos los lados por los rebecos, asomados a cualquier saliente rocoso, algunos
de difícil acceso, aunque sólo para nosotros, je, je..
Llaneamos durante un corto
trayecto hitado, para comenzar con la subida por la ladera Sur de la elevación.
Preciosa canaleta amplia, de terreno algo suelto, cuya coronación estaba
formada por enormes bloques pétreos, muchos de ellos, espectaculares balcones
naturales.
Dejamos atrás una enorme aguja, a
modo de enorme menhir paleolítico, caminando por esa especie de canal por la
que ascendíamos. Con cierto esfuerzo, conseguimos alcanzar su cumbre. Albo
Oriental, pisado por nuestras botas, con todos nuestros respetos, con sus 2103m
de altitud, conseguido.
Las vistas espectaculares,
curiosamente desde este magnífico balcón, se veía perfectamente toda la zona
del comienzo de nuestra ruta, así como varios de los lagos.
Disfrutamos de este lugar un
rato, cada vez nos creíamos más que conseguiríamos realizar completo el trazado
previsto.
Nos tocó descender y lo hicimos
por su cara Norte, prácticamente lo encumbramos por el Sur y continuamos por el
Norte, hacia el siguiente y último pico de la jornada.
El Albo Oriental, era un
montículo rocoso, de tonos algo rosados, en su cumbre, mientras que a medida
que ibas bajando, se convertía en laderas herbosas, cómodas de caminar.
Cambiamos ligeramente el rumbo,
para enfilarnos directamente con el siguiente Albo, el Occidental, dejamos de
lado al caótico pico Rubio, ganas me entraron de probar su subida, pero alguno
debíamos dejar, no se puede abarcar todo. Siempre te encuentras alguno más por
subir. En poco tiempo, nos encontramos subiendo sus laderas de acceso.
Se veía de mayor envergadura que
su hermano anterior, incluso en el inicio de su subida, los agujeros o jous
bestiales que tenía la zona de aproximación a el pico Rubio, asustaban un poco.
Casi sin darnos cuenta,
entretenidos con tanta belleza y curiosidades, nos vimos en lo alto del Albo
Occidental, que al igual que ocurrió con el anterior, era rocoso, prácticamente
en su cumbre.
Nos abrió otras nuevas vistas
hacia el Oeste, localizando el lago El Valle, con esos muros a modo de presas
en uno de sus laterales, incluso la formación de una simpática isla, también
visualizamos varias personas caminando por sus alrededores.
La cumbre de este pico era algo
alargada, descubriendo varios belenes en diferentes oquedades entre las rocas.
Parece que esto es una moda más practicada en el Norte, que en el Sur, que
aunque los he visto, no están tan extendidos como por aquí.
Me deleité fotografiando
diferentes detalles que me llamaron la atención de este embalse de aguas.
Era impresionante, sí,
impresionante, la vista longitudinal y profunda sobre el valle por el que
discurría el río del Valle, que nacía de las aguas de este embalse, recuerdo
que lo estuve observando durante un buen rato, me encantó.
El resto de vistas, por supuesto
de primer orden. Recomiendo de obligatorio cumplimiento, realizar un trazado
por los lagos de Saliencia, que sin ser difíciles, son espectaculares.
Recorrí parte de su cordal cimera
dirección Norte, pero no vi claro la continuación, sobre todo para Mª José, así
que preferí bajar por donde subimos y emprender una larga bajada hasta alcanzar
la orilla del lago Cerveiriz, dejando a nuestra izquierda, la oquedad seca y
herbosa que debería ser la laguna de Cebolléu.
Terreno fácil, siempre que uno se
encuentre habituado a caminar por monte, bellos parajes a nuestro alrededor y
en poco tiempo, tras dejar atrás la majada Cerveiriz, nos encontramos a orillas
del lago Cerveiriz, cuyas aguas transparentes estaban plagadas de plantas
acuáticas, parecidas a nenúfares, pero de hojas diminutas.
La bordeamos por el Norte, en
toda su longitud, observando un pequeño muro-presa curvo y pequeño, en su parte
Sureste, sin tener muy claro su utilidad, ya que daba a la ladera que formaba
el Albo Oriental, igual un sumidero o alguna otra cosa, aunque no llegué a
acercarme para aclarármelo.
De este lago pasamos al de
Calabazosa, según nos anunciaba un cartel con el que nos encontramos y para
conectar con el carril por el que comenzamos la ruta por la mañana, tuvimos que
ascender entre un claro, aunque no tan marcado, sendero entre un mar de aulagas
pinchosas.
A medida que fuimos tomando
altura, dejamos atrás el lago Calabazosa y comenzamos a ver el de la Cueva, el
lago inicial con el que nos encontramos en este recorrido.
Conectamos con el carril y ya
sólo nos quedaba seguirlo en sentido descendente. Nos costaba mucho trabajo
asimilar que el recorrido llegaba a su fin, a pesar de que se trató de una
enorme ruta con subidas y bajadas, pero de una belleza extrema, así que la
estiramos algo curioseando la antigua mina de Santa Rita, donde encontré un
pedrusco con bonitas cristalizaciones.
Continuamos con el descenso y
también nos acercamos a bichear algo el entorno del lago de la Cueva y del
Valle de Saliencia que se nos abría frente a nosotros con una luz fantástica.
Terminamos la ruta, con un cambio
de calzado y alguna prenda, cogimos el coche de vuelta a la población del crucero,
para pegarnos una merecida ducha y por supuesto, un buen homenaje, de sidras y
menú, como muy bien lo sirven aquí en Asturias. Sólo mencionar que realicé una
parada por el camino para fotografiarme con un cartel muy llamativo y curioso,
que por Sevilla no tengo la oportunidad de ver.
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.