domingo, 25 de julio de 2021

SEMICIRCULAR DE SUBIDA A PEÑA CORVA DESDE EL ARROYO ZARZALAR, CERCA DEL HOTEL MIRASIERRA

 

Ruta realizada el día 3 de Enero del 2017.

Fuimos Mª José y yo, Antonio, a realizar nuestra segunda ruta por la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, que en esta ocasión, si cumplimos con nuestros pronósticos iniciales.

Utilicé varios track, pero principalmente usé el publicado por Alexandermagina, al que sigo su fantástico blog "Por los cerros de úbeda" y que le agradezco que lo haya compartido al publicarlo.

Procedentes de Cazorla y dirección Coto Ríos, pasado el hotel Mirasierra y algo antes de la población, aparcamos en un ensanche de la carretera, inmediatamente al pasar el puente que salva al arroyo del Membrillo o del Zarzalar.


Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos esta ruta en una mañana muy fría, la escarcha blanquecina sobre la hierba, aun perduraba.

Atravesamos la carretera y tomamos por el carril que nos esperaba enfrente, éste, nos llevó directamente al arroyo, pero no quisimos hacerle el bautizo de fuego tan temprano, a la membrana impermeabilizante de nuestras botas, ya que nos obligaba a meterlas en agua y la mía implicaría llevar los pies húmedos el resto del recorrido.

Buscamos una alternativa y vadeamos el arroyo por otro punto donde unas rocas estratégicamente colocadas, permitían el acceso a la orilla contraria con las botas secas, después buscamos un senderillo que nos llevaba paralelos al cauce del arroyo y nos dejaba ver cómo caía mediante saltos, por una parte algo encañonada.



Llegamos a una zona donde se estrechaba bastante más y para continuar junto a él, había dispuestas unas cadenas (había leído algo sobre este paso, pero no tenía claro dónde se ubicaba, me sorprendió lo rápido que nos lo encontramos), pero el primer tramo era de cuerda, casi de tender, el siguiente, si era metálico. Salvaba un bloque pétreo redondeado, con una posible caída de unos ocho metros, piedra que encontramos húmeda y con ese moho negruzco y resbaladizo, que se halla en las zonas de umbría.

Valoré la situación y encontraba más riesgo que seguridad, con lo que retrocedí algo y busqué otra opción. Subir campo a través, la ladera que caía hacia el fondo del barranco.

La dirección era totalmente diferente al track que me guiaba, pero intuía que más arriba, si no me encontraba con ninguna sorpresa, podría unirme de nuevo y volver a seguirlo.

Superamos, no sin algún esfuerzo, una cordal rocosa que me daba visión hacia el lado contrario, con lo que me hacía una idea de cómo era el encañonamiento del arroyo, más allá del paso de las cadenas.

Continuamos con el ascenso, ahora por senda que encontramos, más bien carril (parte tomaríamos en el regreso) hasta que situados al Sur del cerro El Zarzalar, la senda giraba hacia el cortijo Zarzalar, situado entre esta elevación y el arroyo del Membrillo, a una cota inferior a la que nos encontrábamos. Destinado principalmente al ganado doméstico, se escuchaban los cencerros y perros ladrando.

Abandonamos la senda, que se disponía a bajar hacia la edificación y de nuevo, un corto trecho campo a través, para volver a dar con una clara senda que nos fue subiendo por un bello entorno.

















Pasamos por lugares donde se conservaba la escarcha e incluso pequeños cursos de agua helados, hasta que alcanzamos las ruinas del cortijo de Hoya Ahormadilla. Un lugar privilegiado en el interior del bosque, terrazas abandonadas que se utilizarían para el cultivo del cereal. Un espacio casi libre de vegetación alta dentro de un formidable bosque. Tuvimos la oportunidad de ver jabalíes, gamos y ciervos por sus alrededores.









Seguimos la senda que superaba otro barranco por el que resbalaba un pequeño hilo de agua, el arroyo de la Hoya, próximo a la zona del Palancar. Allí paramos para reponer energías, tomando algunas frutas y dátiles.

La senda continuaba, pero ese tramo correspondería al de nuestro regreso, nosotros lo abandonamos y proseguimos en  duro ascenso entre un formidable pinar. Laderas empinadas, plagadas de acículas, terreno blando y resbaladizo, que nos hizo sudar de lo lindo, a pesar del frío reinante y por supuesto, campo a través. Dirección Suroeste.

Se trató de un ascenso exigente, buscando los mejores pasos y embutidos entre enormes trocos de pinos, solo en la parte superior se encontraban más separados y nos dejó ver unas vistas preciosas de Coto Ríos enclavado en el fondo del valle.








A continuación dimos con una extensión amplia de terreno, exenta de árboles, que pertenecía al cortijo Juego de la Bola, donde observamos un nervioso y simpático cervatillo. Pasamos por el Sur de la edificación siguiendo el rastro de una pequeña acequia que nos condujo a una especie de alberca circular y a una fuente, cuyo caño caía en un tornajo de madera, supongo fuente de Juego de la Bola.











Desde este punto la Peña Corva, nos quedaba al Norte, ligeramente hacia el Oeste, todo ese tramo fue en ascenso y campo a través, aunque de cómodo caminar. Primero por zona de algo de maleza y arbusto, para terminar entre pinos y cerca de la cumbre, terreno pétreo predominantemente.

La Peña Corva es un espolón rocoso, de estratos inclinados, cuya cara Norte cae a pico con una impresionante altura. Comimos al resguardo del viento, como pudimos, ya que parecía que iba en aumento, escudriñamos todos sus posibles rincones, gozamos de las espléndidas vistas que desde allí se disfrutaban. Pero llegó el momento de partir e ir completando la circular de regreso.





























Para ello, recorrimos toda su cordal, que estaba alineada con la elevación del Alto de Peña Rubia, objetivo que tenía en mis planes de encumbrarlo, pero que como siempre me pasa por estas Sierras, siempre peco de precavido antes que de arriesgado y, que a la finalización del recorrido, me di cuenta que podíamos haber subido ésta, y algunos cerros más por el camino, que también tenía estudiado.

Antes de llegar a la altura de la Casa del Pardal, nos encontramos con una baliza de madera con los colores de GR, no recuerdo si alguna otra señalización vertical, allí cambiamos hacia el Este, describiendo un ángulo de 90º respecto al que llevábamos. Este sendero claro y marcado nos llevó en poco tiempo a la fuente del Juego de la Bola, donde estuvimos anteriormente a la ida. Aquí cerramos una mini circular en el trazado general y comenzamos otra pequeña circular que terminaría en el barranco del arroyo de la Hoya, nuestro siguiente punto a alcanzar.

















Desde la fuente tomamos dirección Sureste, un primer y corto tramo por senda hasta alcanzar los grandes llanos, que en su día serían extensiones de siembra de los ocupantes del cortijo, pero éstas, la dejamos a nuestra izquierda para envolver una elevación cercana que las delimitaba. Todo ese tramo fue campo a través por un pinar, aunque de un cómodo caminar y en descenso.

Salimos a una amplia senda que nos obligó a cambiar la dirección que llevábamos, ahora dirección Norte. Ya no la abandonamos. Realmente se trataba de la senda que nos llevaría al arroyo de la Hoya.

Senda ancha, fácil de seguir, que entre pinos principalmente y alguna que otra formación rocosa caprichosa, nos hizo pasar junto al cerro de la Pisa, para más adelante, llevarnos al mismo punto donde a la ida, lo abandonamos.










El resto del trayecto hasta dar con la amplia senda situada al Sur del cerro el Zarzalar, la que comunicaba el cortijo Zarzalar con el Hotel Mirasierra, coincidió con el de ida.

No quería terminar en el hotel y tener que coger algunos kilómetros por la carretera hasta llegar a nuestro coche, así que llevaba preparado un track realizado sobre el mismo mapa, calcando la senda que sobre él se encontraba marcado (senderos de toda la vida) y nos llevaba a la altura de donde dejamos el vehículo.

Con la incertidumbre que provoca dejarnos llevar por una senda que no sabes si está activa o muerta y absorbida por la vegetación, caminamos un corto trecho por el camino dirección al hotel, para dejarlo a nuestra izquierda y explorar nuestro nuevo trazado.

Sorpresa, estaba marcado y claro, aunque en sus inicios, más bien parecía el cauce de un arroyuelo temporal, aunque poco a poco, nos dimos cuenta que su trazado existía y se veía con claridad.













Superado la mitad de su trayecto, paramos a tomarnos nuestras últimas frutas y frutos secos, sólo nos restó alcanzar el cauce del arroyo del Membrillo, vadearlo por el mismo lugar y llegar a nuestro coche.




Si quieres el track de este recorrido, pincha sobre el siguiente enlace:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/semicircular-de-subida-a-pena-corva-desde-el-arroyo-de-zarzalar-cercano-al-hotel-mirasierra-79184018

 

NOTA:

 

Con este blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago, normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo. Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los tiempos empleados.

Deseo que os guste, sea de vuestro agrado y os sirva la información.

 

Gracias por vuestra visita.