RUTA CIRCULAR POR EL TORCAL DE ANTEQUERA

Ruta realizada el día 1 de Diciembre 2012, con un nutrido grupo de amigos y senderistas natos.

Realizamos el recorrido, Rosa, Guillermo, Hermi, Antonio, Margarita, Ghazi, Mª José y el que les escribe.

Dejamos los vehículos en el aparcamiento del Torcal de Antequera

y comenzamos nuestra ruta a las 11,30h de la mañana, tras haber parado a desayunar en Estepa, en el área de “El Polvorón”, un espléndido mollete con aceite y jamón y su correspondiente cafelito.

Parece que sin querer, cogimos un día ideal, había nevado algo el día anterior y los árboles, sobre todo los de la cara norte, estaban tapizados de una escarcha alargada, por acción del viento, que cubría todas sus ramas, un espectáculo para la vista.

Lo primero que visitamos, fue el monumento natural del “Tornillo”, tomando el senderillo claramente marcado e indicado, que parte desde el mismo aparcamiento.

Tras las respectivas fotos,

cogemos un trayecto por carretera, como si nos alejásemos del Torcal, para que, tras unos metros, volver a internarnos a nuestra izquierda

y dirigirnos a la parte más alta del Torcal, bordeándolo por el exterior, sobre la cornisa superior.

No dábamos más de 15 m, cuando estábamos fotografiando, un árbol con las ramas cubiertas de hielo, otros 15m, ahora toca fotografiar este bello rincón.

Estábamos rodeados de tal belleza, que ni nos cansábamos al ir subiendo ligeramente entre senderillos y rocas.

Ese toque blanco que deja la nieve, con el contraste, del verde de las hierbas, del gris de las piedras y del marrón de los árboles, producía un paraje de ensueño, que tuvimos la suerte de disfrutar.

Si a ello le sumamos, el mar de nubes, que aunque nos ocultó las vistas inmejorables de Antequera y toda la extensión que desde aquí podríamos haber visto, como otra plataforma y complemento al conjunto, que os puedo decir, PAISAJE IDÍLICO.

Llegamos a otra formación emblemática, “El Sombrero”, algunos le bautizaron “El Champiñón”, no sé cuál es el más idóneo.

Fotos a punta pala y a todos los rincones de los alrededores, que había tantos, que no teníamos claro si llevábamos suficientes Gb de memoria en nuestras tarjetas.

Continuamos la marcha y en un punto, nos dividimos parte del grupo, para alcanzar la máxima cota del Torcal,

nos reuniríamos con el resto un poco más adelante.

Ellos continuarían en la dirección que llevábamos, por la cornisa exterior y nosotros nos lo encontraríamos más adelante tras dar un rodeo a unas formaciones de rocas que nos impedían el paso.

Para nuestra sorpresa, no vimos al grupo que abandonamos para subir a la anterior elevación, en el punto de reunión acordado,

menos mal que Rosa nos mandó un mensaje de socorro, ya que la cornisa por la que caminaban, cada vez se iba estrechando más y algunos de los senderistas, llevaban un calzado, que en las condiciones por las que se pisaba, más que andar, patinaban, con el consiguiente peligro.

Nos reagrupamos en un nuevo punto y proseguimos con la marcha.

 

Tras pequeñas discusiones, “mejor por aquí”, “por aquí es más corto”, “no queremos seguir por el borde del Torcal”, blablablá….blablablá.. nos encontramos otra vez en el borde, un cortado impresionante, pero con una terraza increíblemente bella, nada, “po, fotos por doquier”, fotos por parejitas, aquí y allá, fotos individuales, de grupo, ect… “lo dicho, habrá Gb suficientes???”

Avanzamos algo por el exterior, pero poco a poco se iba internando el recorrido, hasta llegar al punto dónde tuvimos que tener la gran decisión. A nuestra derecha, realizamos un sendero circular amplio, igual llegábamos de noche y a nuestra izquierda, realizamos un sendero circular más corto y asegurábamos llegar de día.

Estaba claro, un grupo de senderistas preparados como nosotros, curtidos, físicamente en plena forma, amantes de la naturaleza, que no nos asusta ni Rambo, que elección vamos a tomar, pues la CORTA, claro que sí.

La niebla empezó a entrar dentro del Torcal, hasta ahora se quedaba en su límite y con este gris difuso tuvimos que seguir caminando, íbamos en dirección a los aparcamientos, pero en un punto del trayecto nos desviamos a nuestra derecha para llegar a un hermoso valle, con un basto o tosco tornillo en su centro, tipo monolito,

que nos invitó a sentarnos en sus alrededores para comer nuestra viandas, unos frutas y otros bocatas de jamón, del bueno, tortillas e incluso aceitunas rellenas, ahí es ná.

Nos acercábamos a la parte más transitada de la zona, pero la verdad, no veíamos ni a las cabras, yo sé que Margarita estaba deseando ver algún alma por los alrededores, “no se fiaba ni un pelo del guía que los llevaba”.

Pasamos por unos lugares muy bonitos, había que pasar entre arbustos, dónde las mujeres de hermosas cabelleras quedaban con los pelos enganchadas, cosa que a mí y a otros no nos ocurría, por qué será??,

hasta que de repente y sin darnos cuenta el sendero se transforma en un barrizal, si con la nieve y algo de hielo, algunas patinaban, con el barro ni os cuento.

Las botas y los bajos de los pantalones, ni con Fairi Ultra.

Llegamos al desfiladero entre rocas, bonito paso, aunque algo corto.

Poco a poco intuíamos que estaba próximo el final del recorrido, antes, por fin, vimos a la única persona, junto con nosotros, que estaba en el Torcal.

Seguíamos pasando por lugares preciosos

y casi antes de llegar, que ya se veía al fondo, el centro de visitantes, tuvimos la suerte de ver y  por supuesto, fotografiar, , eso se da por sentado, a un gran número de cabras monteses.

A la altura del citado centro nos desviamos hacia el mirador llamado “Las Ventanillas”

y gozar de unas espléndidas y amplias vistas, además, con el cielo despejado,

pero con un frío infernal agudizado por el viento reinante.

Cambio de botas y alguna ropa, al coche y por un cafelito calentito, en una cafetería de Antequera.

Datos de interés de la ruta:

El track de la ruta, lo puedes descargar aquí:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3682662