Ruta que realicé con Mª José, en
la Sierra de las Nieves.
El día estaba cubierto, el sol no
pudo lucir en ningún momento, pero a la vez, sin riesgo de lluvia.
Para patear, el día ideal.
Para ver vistas lejanas, no.
Para ver vistas lejanas, no.
Partimos del área de los
Quejigales, tras entrar en el Parque procedente de Ronda, por la carretera que
la une a San Pedro de Alcántara y subiendo al mismo, por un carril de tierra
que estaba en buen estado, lo he cogido en otras ocasiones, bastante más
deteriorado.
No eran las 10,30h, cuando mochilas
a la espalda y Botas de montaña en los pies, iniciamos nuestro trazado, para
ello llevaba en mi GPS metido tres tracks, para combinarlos.
Tomamos por la clásica subida de la Cañada del Cuerno, no me canso de pasar por ella, es espectacular, pinsapos
de gran porte, troncos retorcidos, árboles centenarios, impresionante.
Al comienzo, nos tropezamos con un cartel informativo sobre la cabra montés.
Pasamos entre aulagas e íbamos teniendo bonitas vistas.
Nos fuimos internando en esta impresionante cañada.
Cuando nos encontramos con un nuevo cartel, esta vez su contenido nos informaba sobre el árbol estrella, el pinsapo.
Continuamos ascendiendo por esta bella cañada.
Al comienzo, nos tropezamos con un cartel informativo sobre la cabra montés.
Pasamos entre aulagas e íbamos teniendo bonitas vistas.
Nos fuimos internando en esta impresionante cañada.
Cuando nos encontramos con un nuevo cartel, esta vez su contenido nos informaba sobre el árbol estrella, el pinsapo.
Continuamos ascendiendo por esta bella cañada.
Cuando subimos un gran tramo
de ella, cuando se empezaba a divisar su parte superior, en una de las muchas
revueltas, no la tomamos y nos desviamos siguiendo la dirección que llevábamos en
el ascenso, por un senderillo, que
aunque al comienzo no estaba muy definido, al momento quedaba perfectamente
marcado.
Este tramo que tomamos es la
unión de la Cañada del Cuerno con la de las Ánimas, en su parte superior y que
atraviesa transversalmente a la Cañada de En Medio.
Para mí, esto es uno de los
motivos por el que he querido realizar este sendero, es la primera vez que paso
por aquí y desde hace mucho tiempo, lo he querido hacer.
Este sendero va por la falda de
las diferentes laderas por las que pasa, es diferente a las cañadas, que van
por el interior del bosque de pinsapos, éste, apenas pasa por zonas completas de árboles, es
mucho más abierto, con magníficas vistas,
recuerdo subirme a un peñón rocoso, en forma de mirador natural privilegiado, con unas vistas extraordinarias.
recuerdo subirme a un peñón rocoso, en forma de mirador natural privilegiado, con unas vistas extraordinarias.
Luego, atravesaba la Cañada de En
Medio y nos dejaba en un pequeño rellano cubierto de hierba verde, dónde pastaban
ovejas,
seguimos por el marcado sendero, hasta que conectamos en la parte alta de la Cañada de las Ánimas, no sin antes gozar de unas espléndidas vistas, la pena de estar el día nublado, en otro mirador que se nos abrió próximo al anterior rellano.
seguimos por el marcado sendero, hasta que conectamos en la parte alta de la Cañada de las Ánimas, no sin antes gozar de unas espléndidas vistas, la pena de estar el día nublado, en otro mirador que se nos abrió próximo al anterior rellano.
Cuando culminamos la parte
superior de las Ánimas, llegamos a un gran llano, dónde se encontraba el pozo
de nieve, con un cartel informativo a su lado.
Conectamos con el clásico
recorrido que va al Torrecilla, nosotros tomamos en dirección contraria, hacia
el Puerto de los Pilones, pero rápidamente lo dejamos y descendimos hacia
nuestra izquierda, dirección a la Alcazaba, fácilmente reconocible, pues su
forma es muy similar a la del Peñón de los Enamorados, es un promontorio rocoso
y plano en su coronación que sobresale de la zona en la que está situado.
El sendero hacia el cerro de la
Alcazaba, no está definido, o al menos, yo no lo encontré, pero es un caminar
cómodo y clara su dirección, dónde se alterna llanos, con zonas de roquedo y en
el tramo más próximo a la Alcazaba, lascas de piedras sobre una pequeña cordal.
Para subir al promontorio, hay
que bordearlo un poco por su derecha, dejándolo a nuestra izquierda y
observaremos que hay un paso claro para coronarlo y llegar a su cumbre.
Desde ella, las vistas son
espectaculares y me quedaría corto, que pena del día que pillamos, pues sólo veíamos
un mar de nubes blancas, pero nos permitió ver otras cosas diferentes, como el
pico del Encinetas asomando entre ellas, como la aleta de un tiburón fuera del
agua.
Tras las fotos de rigor y tomarnos una frutilla, emprendimos el camino de regreso hacia el pozo de nieve
de nuevo, pero lo hicimos por un camino diferente, algo más abierto que el
anterior.
Una vez que, de nuevo, conectamos
con el sendero que procede del Puerto de los Pilones, lo tomamos hasta llegar a
la altura del citado pozo, que en esta ocasión lo dejamos a nuestra izquierda y
continuamos caminando hasta encontrar el cruce de senderos, que con un cartel
indicativo, nos indica varias direcciones a seguir, entre ellas la del pico
Torrecilla y otra, la que nos interesaba, que nos dirige hacia la peña de los
Enamorados.
La tomamos y rápidamente
identificamos su silueta, pero al ir caminando hacia él, vi una elevación a mi
izquierda y no me pude contener, nada párriba, dicho y hecho, sin darnos
cuenta, encima del pico estábamos.
Desde él teníamos unas espléndidas vistas del pico o cerro del que veníamos, el Alcazaba y
hacia el que íbamos, el Peñón de los Enamorados.
Desde él teníamos unas espléndidas vistas del pico o cerro del que veníamos, el Alcazaba y
hacia el que íbamos, el Peñón de los Enamorados.
Yo creía que ese pico era Mojón
Alto, de hecho lo tengo marcado en el GPS con ese nombre, pero mirando el plano
del ING, lo único que aparece con nombre es el pico de al lado, justamente el
situado a mi derecha antes de iniciar la subida al pico y con nombre de Cerro
Alto, que curiosamente de menor altitud que el pico que subimos, así, que tengo
mis dudas, si lo que subimos se trataba de Mojón Alto, pero de momento lo
mantengo.
Una vez arriba, que parecía que
habían abierto la puerta de la fábrica de los vientos, casi nos tiraba y no
exagero, pensé, poyaquestamosaquí, seguimos por toda
esta preciosa cordal y nos dirigimos desde aquí a nuestro objetivo, el Peñón.
Se caminaba perfectamente,
cómodamente y sin darnos cuenta nos encontramos en la falda del mismo, tras
haber recorrido la bella cordal.
Subimos a su cumbre, el mismo o
más viento, aquí, aún, buscamos un pequeño pretil al resguardo del Eolo
reinante y nos tomamos una barrita y unas frutas.
Bajamos del Peñón, lo bordeamos y
bajamos campo a través, entre las matas llamadas cojines de monjas, que no vea,
como pinchaban, las joías
y durante un buen tramo, esta bajada se hizo lenta, había que bajar con sumo cuidado, pues se pasaba por pequeños canchales de piedras sueltas muy resbaladizas hasta que por fin se suavizaba la pendiente y se caminaba algo mejor.
y durante un buen tramo, esta bajada se hizo lenta, había que bajar con sumo cuidado, pues se pasaba por pequeños canchales de piedras sueltas muy resbaladizas hasta que por fin se suavizaba la pendiente y se caminaba algo mejor.
En este punto se empezaba a
divisar hitos de piedras que nos marcaban claramente el camino a seguir, pero lo
que siempre me ocurre, vi otra magnífica elevación pétrea, esta vez a mi
derecha, de la que tampoco me pude resistir y para allá que fui.
De piedra en piedra, hasta llegar
a su parte más alta, su cumbre era una inmensa mole de piedra plana, como una
losa, las vistas eran increíbles, existía una segunda terraza debajo de dónde yo
estaba. Muy bonita sus vistas, además, en ese momento, estaba el día, ligeramente más despejado .
Si hacía viento en los picos
anteriores, en éste, era bestial y eso que estaba bastante más bajo que los
anteriores, pero me movía el viento como quería y eso que yo, no soy peso
ligero en absoluto.
Tras bajar y reunirme con Mª
José, proseguimos siguiendo los hitos, alcanzamos una fuente abrevadero,
colocada en un lugar estratégico,
a continuación nos internamos por un espeso, húmedo y bello bosque, con paredes rocosas con musgo verde, oquedades en las mismas y por supuesto, grandes y viejos pinsapos.
Pasamos por muy bellos rincones.
a continuación nos internamos por un espeso, húmedo y bello bosque, con paredes rocosas con musgo verde, oquedades en las mismas y por supuesto, grandes y viejos pinsapos.
Pasamos por muy bellos rincones.
Este tramo, que de forma
ascendente, nos llevaba a la conexión, en la parte inicial, de la Cañada de las
Ánimas, era otra parte del recorrido que tenía ganas de conocer y descubrir, ya que
para mí era totalmente nuevo.
Una vez en el punto de conexión,
sólo quedaba regresar a los Quejigales, pasamos junto al monolito conmemorativo
al guarda "Frasquito", de estas Sierras
y ya sobre un amplio carril de tierra, nos conduciría directamente a dónde teníamos nuestro coche.
y ya sobre un amplio carril de tierra, nos conduciría directamente a dónde teníamos nuestro coche.
Una espléndida ruta y día, que
completamos con unas cervezas y tapas en nuestro, ya clásico, bar Rural, en
Montellano.
Datos de interés de esta ruta:
El track de esta ruta lo podéis descargar en el siguiente enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3648298
Datos de interés de esta ruta:
El track de esta ruta lo podéis descargar en el siguiente enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3648298
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