martes, 19 de noviembre de 2013

CIRCULAR YEDRALES-SIMANCÓN-RELOJ-CHARCA VERDE-CASA FARDELA-CASA DORNAJO-PTO. BOYAR

Ruta realizada el día 13 de Octubre de 2013.

Fuimos Mª José y yo, Antonio.

Otra rutilla por nuestra querida Sierra de Grazalema.

Aparcamos junto al camping Tajo Rodillo de Grazalema y, con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos la subida al puerto del Endrinal, al principio con la valla que limita el camping a nuestra izquierda y después, con los grandes paredones del Peñón Grande de Grazalema a nuestra derecha.

Durante la subida coincidimos con dos escaladores pertrechados de todo tipo de aparatos que pretendían subir por la mencionada pared.

A continuación pasamos por una era reconstruida con un cartel informativo.


El día comenzó con bastante niebla que fuimos dejando detrás o más bien debajo. A medida que íbamos tomando altura, y de forma rápida, conseguimos llegar al collado o puerto del Endrinal. Justo antes de coronarlo, tuvimos una espléndida vista del Reloj, Simancón, Yedrales o Corona de los Yedrales y Navazuelos.


Un vistazo atrás para contemplar el mar de nubes bajas que aún permanecían.


Al iniciar la bajada nos encontramos con un poste indicativo con diferentes direcciones y un cartel informativo. Nosotros continuamos con dirección al fondo del valle hasta llegar a él. Nos encontrábamos en los llanos del Endrinal y tomamos dirección al puerto de las Presillas.


Dejamos a nuestra derecha un amplio vallado formado por un muro de piedras que poseía por su interior un vallado de madera algo más alto.


Pasado éste, tiramos hacia nuestra izquierda con intención de subir  por la ladera que culminaba en el collado que estaba limitado por la elevación del Simancón y, a su derecha, por la de los Yedrales.

Hay que estar atentos de no continuar de frente ya que el sendero está muy marcado y puede confundir. Debemos estar atentos a unos troncos cortados que existen por  nuestra izquierda a modo de bancos rústicos que se encuentran en la conexión  con el sendero por el que caminamos.

Una vez sobre nuestra nueva dirección, observaremos que se trata de otro sendero perfectamente claro y marcado que, tras multitud de revueltas, nos va subiendo de forma rápida e intensa a la plataforma donde se encuentran las bases de los picos que pretendemos subir.

Al principio avanzábamos entre masas de pinos hasta que, más arriba, se fueron perdiendo y comenzaron a ganar protagonismo las rocas.


Próximos a culminar el collado, me dio la picá de subir por la cordal pétrea  que forma la ladera del propio Simancón. Desde aquí se podría atacar directamente, pero nuestro primer objetivo era la Corona de los Yedrales. Sólo lo hice por calentar piernas y la curiosidad de ver la otra ladera por la que nunca me he asomado al subir a estos picos.



Una vez en la gran plataforma, enfilamos directamente al Yedrales que coronamos enseguida. Fotos en su cumbre, con toda la crestería del Pinar de fondo, y vistas magníficas desde esta atalaya.







Bajamos y, directos hacia la ladera del Simancón. Ésta, con algo más de esfuerzo!! En poco tiempo, llegamos a su vértice no sin antes mirar y otear, además de fotografiarnos, por ese balcón espléndido que posee justo antes de su cumbre.







Las vistas de las diversas sierras que desde aquí se contemplaban no te dejaban indiferente.

Tras un breve descanso para beber y picar algo descendimos por la otra ladera, la contraria a la de subida, para subir al Reloj.

Es una bajada donde hay que extremar precauciones por lo pendiente del terreno y por la multitud de rocas pequeñas que puedes pisar produciéndote un resbalón de peligrosas consecuencias.

Una vez alcanzada la pequeña cordal pétrea que une ambos picos, la subida al Reloj se realiza fácilmente.




Por supuesto, desde que llegamos a lo alto de la plataforma, todo el terreno discurre entre piedras calizas, grietas y fisuras. Eso siempre hay que tenerlo en cuenta.

Conseguido nuestro tercer pico del día, nos fuimos rápidamente hacia la Charca Verde, ya que el calor era insoportable, buscando algo de sombra entre los árboles.





El descenso hacia la charca fue largo y pesado, guiándonos por los hitos de piedras. Una vez allí, buscamos una buena y cómoda roca al cobijo de una buena encina, donde comimos unos bocatas y frutas.

Tras este reporte energético y haber estado observando como una vaca bebía en las sucias y fangosas aguas de la Charca Verde durante un largo periodo de tiempo (parecía que lo necesitaba), emprendimos de nuevo la ruta tomando la dirección hacia Benaocaz, dejando a nuestra derecha el Reloj.


Alcanzamos un amplio llano por el que caminamos dejando a nuestra espalda la sierra del Endrinal. Tras localizar y fotografiar una fuente al final del mismo, iniciamos un pronunciado descenso por la Cuesta de Fardela que terminaba en un muro como vallado limítrofe y, a través de una angarilla o pequeña cancela, lo atravesamos.



Si en este punto hubiésemos tirado a nuestra izquierda, hacia el puerto de la Víbora, iríamos dirección a Villaluenga del Rosario, si hubiésemos tirado de frente, hacia Benaocaz y si tomásemos hacia nuestra derecha, como hicimos, llegaríamos a los Santos Lugares.

Pasamos próximos a la Casa de Fardela, que fotografié haciendo uso del zoom de la cámara, ya que no tuvimos ganas de acercarnos más, pues, estuvimos allí la semana anterior. 


Pasamos el muro de piedra que limitaba esa propiedad por un lugar que estaba derruido y nos encontramos con una fuente abrevadero formada por nueve piletas donde calmaban la sed las cabras y vacas de la zona.


A partir de este momento no tuvimos o no vimos un claro sendero, posiblemente por la multitud de trazados existentes, pero con cierta intuición montañera y con la localización de diversos hitos nos fuimos dirigiendo hacia los Santos Lugares que, a decir verdad, no he localizado aún su ubicación exacta.


Fuimos bordeando toda la plataforma de la sierra del Endrinal, ahora con dirección a la Casa del Dornajo que sí visitamos, viendo anteriormente una fuente con tres piletas con aguas estancadas y corruptas, aunque de indudable belleza además de robusta.



Tras realizar varias fotos con la citada casa continuamos con nuestra ruta, ahora en continuo ascenso, pasando entre encinas que en alguna ocasión utilizábamos para refrescarnos con la sombra que aportaban ya que el “Lorenzo” no daba tregua y caminábamos, prácticamente, sin agua en las mochilas.



Por esta parte, la visión del Jauletas y el Coargazal eran espectaculares y, una vez alcanzada cierta altura, volvimos a tener una magnífica visión de la sierra del Pinar. Estábamos cerrando el circuito circular.

Tras pasar por una angarilla nos encontramos con un tramo llano donde había carteles que informaban sobre la formación geológica de la zona y de las plantas rupícolas adaptadas a vivir sobre las rocas.


Pronto iniciamos el descenso final de la jornada. Bajábamos hacia el puerto del Boyar con el pico del Monete en primer plano haciendo sombra a su hermano mayor, el San Cristóbal.



Se contemplaba toda la Garganta del Boyar y la carretera serpenteante por la base del Pinar.


En el descenso nos desviamos unos metros para contemplar una calera reconstruida y, en poco tiempo, comenzamos a divisar los coches aparcados en el puerto del Boyar.



Ya sólo nos quedó descender junto al río Guadalete por un camino de tierra con zonas de mesas y bancos diseminadas a lo largo del trayecto (entre 3 y 4 Km de longitud) para, una vez llegados al puente que sostiene la carretera al cruzar el río, terminar por el arcén de la carretera hasta llegar a nuestro vehículo.






Un cambio ligero de calzado y ropa y, como una flecha, hacia nuestro bar favorito en Montellano para reponer fuerzas y, en esta ocasión más que en otras, reponer las enormes cantidades de sales minerales perdidas.

DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:

2 comentarios :

  1. Vaya "rutón" os habéis marcado, enhorabuena. Saludos

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  2. Hola Carlos.
    Si que es verdad que se trata de una ruta larga, por la ortografía de esta sierra, pero cada rincón esconde bellos parajes y eso, te da alas.
    Un saludo.

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