Ruta realizada el 1 Noviembre
2012.
Fuimos Mª José y yo.
Llegamos al pueblo de Montejaque,
dónde hay que tomar el carril que conduce a los Llanos de Líbar, esto es,
justamente, al entrar al pueblo, tomar
inmediatamente la primera calle hay a la derecha, pasada una fuente,
continuarla durante un centenar de metros y girar nuevamente a la derecha en
ángulo recto por un camino hormigonado que nos deja en lo alto del pueblo y nos
comunica con el carril de tierra que tendremos que seguir.
Es muy conveniente un vehículo
4x4 o similar, pues el carril está en muy mal estado.
Subimos toda la pendiente inicial
hasta llegar al punto más alto que tras un descenso nos lleva a los Llanos de
los Pozuelos, dejamos un cortijo a nuestra derecha, dónde suele haber
maquinaria y aperos de labranza, tras la valla que lo delimita.
Pasamos una valla, que
normalmente está abierta para el paso de vehículos, dejamos a nuestra derecha
otro cercado dónde existe la crianza de ganado porcino y cuando pasamos una
pendiente en subida del carril, que por cierto con un firme bastante malo y
deteriorado, y circulamos unos cientos de metros más, tenemos que ir muy
atentos al borde izquierdo del carril, para ver un cúmulo de rocas dispuestas
en forma de hito, que corresponde al comienzo del sendero.
Aparcamos el coche en el borde
del carril, en la dirección que llevamos, dónde está algo ensanchado.
Una vez colocadas las botas,
bastones y mochila, iniciamos la ruta, siendo las 11,00h de la mañana, nos lo
tomamos con calma.
Nada más subir un poco, casi sin
calentar, nos topamos con una fuente con una enorme pila, dónde encontramos
varios pequeños tritones.
Las hojas y ramas de las plantas
y árboles estaban goteando agua, todo estaba muy húmedo, enfangado y a la vez
verde, existía una manta de hierba por todas partes, musgo en casi todas las
rocas y troncos de los árboles, era un placer el caminar en esas condiciones, a
esto se le unía el día gris con nubes bajas, pero sin riesgo de lluvia, que nos
ayudaba a que no nos agotáramos tanto en la subida.
Este sendero nos conducía a un
collado limitado por una valla y allí tuvimos que abrir nuestra primera cancela
del itinerario.
Superada ésta, nuestro recorrido
que teníamos preparado era hacia la derecha enfilando el Tunio,
pero al ver a nuestra izquierda una elevación curiosa, preferimos hacer cumbre en ella y ver las vistas que ofrecía, dicho y hecho, en un momento estuvimos encima de ella, tras las fotos de rigor, observamos que en la misma dirección que llevábamos había una nueva elevación
y de forma muy cónica, pensamos… “poyaquestamosaqui”, vamos a subir a ella y así lo hicimos.
pero al ver a nuestra izquierda una elevación curiosa, preferimos hacer cumbre en ella y ver las vistas que ofrecía, dicho y hecho, en un momento estuvimos encima de ella, tras las fotos de rigor, observamos que en la misma dirección que llevábamos había una nueva elevación
y de forma muy cónica, pensamos… “poyaquestamosaqui”, vamos a subir a ella y así lo hicimos.
Una vez en su parte más alta, las
vistas son impresionantes,
se ve el pico Ventana perfectamente y bastante cerca, estábamos en la elevación que delimita las “escaleretas” que se cogen desde el llano que se encuentra en la base del Ventana cuando venimos del pueblo de Benaoján y nos llevan dirección al llano de los Pozuelos y luego al de Líbar.
se ve el pico Ventana perfectamente y bastante cerca, estábamos en la elevación que delimita las “escaleretas” que se cogen desde el llano que se encuentra en la base del Ventana cuando venimos del pueblo de Benaoján y nos llevan dirección al llano de los Pozuelos y luego al de Líbar.
Los buitres nos sobrevolaban por
encima y por debajo nuestra, aprovechando las corrientes térmicas de aire,
estuvimos durante un buen tiempo contemplándolos.
A continuación regresamos por
nuestros pasos pero bordeando la elevación que subimos en primer lugar hasta
prácticamente llegar de nuevo a la cancela, una vez allí proseguimos sendero
arriba dirección al Tunio.
Es un cúmulo de rocas que
sobresalen del resto en lo alto de la cima,
mientras Mª José se tomaba un tentempié, yo me limite a subir a todos sus rincones
e intenté encontrar las
caras que se ven como la del “Indio”, el “Camaleón”, aunque confieso que no vi
ninguna y eso que intenté mirarlo desde todos los puntos posibles.
mientras Mª José se tomaba un tentempié, yo me limite a subir a todos sus rincones
Eso sí, desde lo alto del Tunio,
que hay que subir con cuidado, las vistas son excelentes, se ven casi a vista de pájaro, las Pilas del Tunio,
yo vi cinco y por supuesto toda la mole del pico Palo, nuestro próximo objetivo.
que hay que subir con cuidado, las vistas son excelentes, se ven casi a vista de pájaro, las Pilas del Tunio,
yo vi cinco y por supuesto toda la mole del pico Palo, nuestro próximo objetivo.
Tras estar bicheando por la zona,
continuamos con la marcha, pasamos por una angarilla, dejando a nuestra derecha
toda la mole del Tunio y caminamos por una especie de balcón de piedra, que nos
lleva a la zona dónde se encuentran las pilas talladas en la roca,
que en tiempos atrás se utilizaban para conseguir hielo, que después en burro, se transportaban a diferentes pueblos de la zona.
que en tiempos atrás se utilizaban para conseguir hielo, que después en burro, se transportaban a diferentes pueblos de la zona.
El sendero desciende en primer
lugar para luego tomar altura y no parar hasta llegar al mismísimo poste
geodésico, lógicamente y como no puede ser de otra manera, vi una elevación por
el camino, a la que no tuve más remedio que subir y admirar desde ella sus
vistas.
Una vez en lo alto del pico Palo,
fotos y algo de picar, pues entre el viento y el frío que se te iba metiendo
por todas partes, nos dejó poco tiempo para descansar y comer en mejores
condiciones.
Teníamos el pico Martín Gil a
tiro de piedra, pero esta elevación no es moco de pavo y nuestra ruta tenía
otra dirección, la cumbre de Palo es como una vasta extensión con hundimientos
y elevaciones y hacia ella nos dirigimos, dirección Llanos de Líbar,
una vez suficientemente pateadas y encumbradas, nos espera la gran bajada por la ladera de la mole del pico Palo que da hacia los Llanos de Líbar.
una vez suficientemente pateadas y encumbradas, nos espera la gran bajada por la ladera de la mole del pico Palo que da hacia los Llanos de Líbar.
Bajamos entre roca y fango unido
con hierba verde que le daba mayor efecto resbaladizo a la bajada que junto con
la acentuada pendiente, nos provocó algún que otro sustillo.
Pasamos un muro de piedras bajo, durante la bajada, que la hicimos campo a través, por dónde nos parecía más
cómodo y fácil, llegamos a ver una "fantástica portería",
hasta conectar con un sendero que nos depositó en el Llano, junto a un cortijo.
hasta conectar con un sendero que nos depositó en el Llano, junto a un cortijo.
Nuestra dirección ahora es hacia
el refugio de Líbar, dejando continuamente a nuestra izquierda una valla con la
que fuimos caminando junto a ella y durante un largo trayecto,
pasamos dos cancelas que estaban abiertas y en la zona había ganado vacuno, del cual yo no me fiaba ni un pelo, al final de la misma, mediante otra cancela se sale al carril dónde nos encontramos nuestro coche unos quinientos metros más adelante.
pasamos dos cancelas que estaban abiertas y en la zona había ganado vacuno, del cual yo no me fiaba ni un pelo, al final de la misma, mediante otra cancela se sale al carril dónde nos encontramos nuestro coche unos quinientos metros más adelante.
Una rutita muy completita, chula
e interesante.
Datos de interés de la ruta:
Si quieres el track de la ruta, pincha sobre este enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3555497
Datos de interés de la ruta:
Si quieres el track de la ruta, pincha sobre este enlace:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3555497
Vaya, si que le estás dando movimiento a esto!!!
ResponderEliminarLas fotos de los techos andaluces, muy chulas!!! Me gustan!!!
Los techos andaluces es la punta del iceberg, están colocados todos los picos que he realizado en estos últimos tres años.
EliminarA ver cuando empiezas tú, no??