miércoles, 6 de marzo de 2013

CIRCULAR EN SIERRA PRIETA


Ruta realizada el 16 de Febrero de 2013.

Fuimos Mª José y yo, Antonio, el que les escribe.

Llegamos procedentes de Sevilla, nos desviamos por Osuna hacia El Saucejo, luego Armagem y pasamos junto a Ardales y Carratraca hasta alcanzar el pueblo de Casarabonela.  Una vez allí, nos dirigimos a la parte más alta del pueblo y, buscando el cementerio y el tanatorio que está al lado, aparcamos el vehículo en una zona de aparcamiento.

Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, que por cierto me está dejando el tobillo izquierdo listo, comenzamos nuestra ruta.

Tomamos un sendero señalizado que, mediante un cartel de madera, nos indicaba “Cima de Sierra Prieta”.


Caminamos por un pinar en sentido ascendente y, rápidamente, nos encontramos con una calera relativamente en buen estado.


Continuando con la subida, parecía como si se caminase por el lecho de un pequeño arroyo.


Pronto llegamos a una zona algo llana que tenía el nombre de “Llano Cristóbal”, según indicaba un cartel de madera informativo.


Tras tomar por un sendero muy marcado abierto entre matorral de aulagas y con una gran brecha  centra en su parte longitudinal por causa de las torrenteras,


llegamos a un área dónde había una casa (creo que se trata del refugio de Caracoles) y una zona con mesas y bancos para pasar el día de picnic con un amplio mirador sobre el pueblo de Casarabonela. Creo que todo ese conjunto se llama área y mirador de Caracoles.


Tras recorrerlo y ver todo ese conjunto dónde también había una fuente con una gran pileta con algunos tritones en su interior (igual era la fuente de los Hornaos), tomamos el carril que, de forma clara y decidida, ascendía por la ladera que teníamos próxima a nosotros.





En este punto se uniría con el carril de vuelta que teníamos previsto coger, ya que el de vuelta continuaba aproximadamente en la misma dirección que el que hasta ahora traíamos. Al contrario que el que tomamos, que se desviaba hacia la derecha y subiendo.


Tengo que advertir que, todo el trazado de este recorrido, transita por un marcado y claro sendero sin lugar a pérdida. Sólo en la falda de subida a la cima está más difuso, pero muy marcado y saturado de hitos de piedra. A la bajada, es dónde más perdido se encuentra el sendero. Existen bastante menos hitos pero se trata de un corto trayecto. El resto del recorrido está muy claro.

El sendero aunque en continua subida, no es excesivamente acentuado. Las vistas son muy amplias, se observa toda la costa a lo lejos y diferentes sierras. También vemos la magnífica mole de sierra Prieta en frente nuestra.




Llega un momento en que, el sendero por el que caminamos, corta al carril de tierra que va a media ladera y une el Puerto de los Martínez con Jorox pero, rápidamente, lo cruzamos y seguimos ascendiendo.



Cuando íbamos acercándonos al collado, el camino prácticamente llaneaba o tomaba pendientes muy suaves.



Por fin llegamos al collado o Puerto de la Madera, donde existe un cruce de senderos. Uno toma en dirección hacia el Camino de Espíldora, en decidido descenso por la falda contraria de la que procedemos, otro tira por la misma falda pero en dirección hacia Sierra Cabrilla y, el tercero bordea la ladera de Sierra Prieta por el lado contrario al anterior. Es por este por el que nosotros tomamos, no sin antes hacer una pequeña parada para tomarnos unas frutas y frutos secos para aprovisionarnos de un poco de la energía perdida.


Este sendero se ve perfectamente marcado en toda su longitud sobre la ladera, es más, se percibía desde lejos incluso antes de llegar al collado. Es como una clara marca dibujada sobre la falda de esta mole.

Igual que el anterior, se trata de un sendero claro y fácil de seguir, con unas vistas impresionantes y de gran alcance.



Llegamos a un punto donde existe una terraza de rocas. Se trata del lugar donde convergen el camino que procede de Cabrilla, pasando por el lateral de la elevación que existe entre estos dos picos, Cabrilla y Prieta, y el que sigue hacia la cima de pico Prieta.


Nosotros continuamos caminando por la misma ladera que traíamos, dirección a un collado rocoso que ya divisábamos claramente. Tardamos poco en llegar allí.





Una vez en el collado, nos tomamos un respiro, principalmente porque me dediqué a bichear esa cordal rocosa.





A partir de este punto y, hasta alcanzar la cima, el sendero se torna bastante más pendiente de lo que últimamente nos había acostumbrado. Se hace ligeramente más difícil de seguir y no está tan claro como antes, aunque existen una gran cantidad de hitos que nos orientan perfectamente.

Este es el tramo más duro del trayecto, es el más exigente, pero que poco a poco vamos superando.




Las vistas desde aquí, impresionantes, grandiosas. El collado se va quedando poco a poco cada vez más abajo y empezamos a tener vistas de pájaro. Todo bajo nuestros pies.


Caminamos cerca de unos cortados que ponen los vellos de punta, miramos a los lados y vemos y apreciamos perfectamente la pendiente que subimos y, hacia arriba, esa redondez o curvatura de la loma de Prieta que nunca se sabe cuándo vamos a llegar a su cumbre.








Pero, a pesar del esfuerzo, se goza de una felicidad plena al verte cada vez más alto y mirar hacia abajo y ver esas impactantes vistas de esta pequeña pero montañera sierra.

De repente comenzamos a ver el poste geodésico, con lo que nuestro objetivo del día iba a ser recompensado.









Si las vistas mientras ascendíamos eran increíblemente montañeras, no os quiero contar lo que desde el vértice se veía. Por cuantificarlo, era el doble o más.

Tajos de vértigo, laderas con pendientes acusadísimas que no se veía su fondo, piedras impresionantemente grandes aisladas en sus laderas,… De verás que, a mí, me impresionaron estas vistas desde lo alto.




Comimos en este lugar mientras revoloteaban a nuestro alrededor una pareja de vencejos o pájaros parecidos, que nos llegaban a pasar a unos dos metros de distancia con unos vuelos rasantes. Igual custodiaban su nido que estuviese próximo, pues no entendía bien ese comportamiento.

Mientras Mª José comía, me acerque por la cordal dirección hacia Cabrilla por ver y estudiar la posible subida procedente de dicho pico. Como antes, la zona era muy, pero que muy montañera, laderas empinadísimas, barrancos profundos, la verdad es que me gustó mucho este pico.






Eran aproximadamente las cuatro de la tarde y ya era hora de ir descendiendo. Lo hicimos por otra parte diferente a la de subida. Este tramo fue el que menos marcado estaba del recorrido. Al principio casi no existía, era casi campo a través, siguiendo leves senderillos entre rocas a diferentes niveles y buscando los mejores pasos.







Así fuimos bajando hasta alcanzar la parte superior de un cúmulo de rocas de distribución curiosa que, más tarde, nos enteramos mediante un cartel informativo, que se trataba de lo que se conoce como Castillito de las Ventanillas.



Aquí nos encontramos con un hito que era un poste de madera con los colores blanco y amarillo.


Aunque seguimos varios de piedras que nos acercaron a esta zona, éste, parecía como más “oficial”, más “verdadero”, pero sinceramente, ¿quién diablos a puesto ese poste ahí?, ¡si no existía sendero claro por la zona!.

El caso es que, de repente, nos encontramos con otro y, de verás, el sendero había que buscarlo con lupa. Si no fuera por el GPS…… Al final vimos un cartel indicativo sobre el castillito anterior y sobre un recorrido circular por el que se supone que caminamos un tramo. El caso es que los postes de madera eran inmaculados, totalmente nuevos. Supongo que estará en fase de creación y aun no está perfectamente definido.





Desde aquí si se observaba un claro sendero algo más abajo de dónde estábamos y, un poste indicativo que indicaba varias direcciones. Para allá nos dirigimos cual tornillo acude a la atracción de un imán.


Por fin llegamos y conectamos con la “autopista”, a la que nos tenía acostumbrado el recorrido de este sendero, y tomamos la dirección que indicaba “carril sierra Prieta”.


Se trataba de un carril de los que se han usado toda la vida. Se veía robusto (un lateral estaba formado por un pequeño muro de piedra, para elevarlo de la pendiente de la ladera y convertirlo en plano horizontal) y muy claro y marcado.
Lo seguimos durante un trayecto que, mediante zigzag en bajada, recorría la ladera junto a un pequeño pinar.

Llegamos a un cruce dónde, mediante un poste de madera de los anteriores y con una cruz en blanco y amarillo, indicaba no tomar por esa dirección. No le hicimos caso y tomamos por ella.

Lo que queríamos hacer es bordear por la ladera, a media altura y llaneando durante un largo trayecto, todo el contorno a esa altitud hasta desembocar en el carril pero,  en otro lugar mucho más retirado y lejano del que nos llevaría si hubiésemos hecho caso a la señal indicativa.

El sendero era largo pero, se podía caminar muy rápido a veces en descenso muy suave. Eran las seis y media por lo menos, la luz perdía intensidad y sólo existía la claridad sin un sol que la emitiese directamente. Se trataba de la luz característica del atardecer. Al final de este trayecto nos encontramos con otro collado que, tras superarlo, nos dejó ver el carril abajo, sobre el que conectaríamos.


Al pasar el collado y estar en la otra vertiente o ladera el sendero, mediante diferentes zigzag y con una acusada pendiente, se enfila directamente hacia el carril al que llegamos en poco tiempo.


Aquí observamos un cartel en madera que indicaba la dirección en sentido contrario a la que veníamos para subir a la cima de Sierra Prieta. Se trataba de otra variante para subir al pico.


Durante un corto tramo anduvimos sobre el carril para abandonarlo hacia nuestra derecha de nuevo, por otro sendero que continuaba con la misma pendiente anterior en descenso. Éste nos llevó al fondo de la vaguada dónde se conectaba con otro sendero que procedía del Puerto de la Madera (otra variante diferente de la que tomamos al subir por la mañana).


Ya con dirección hacia el área de Caracoles y, caminando por un pinar que alternaba con otros arbustos y árboles, anduvimos otro buen tirón. Aunque tuvimos que subir un tramo, la mayoría del trayecto fue horizontal o incluso en descenso suave pero continúo.




Pasamos junto a un pequeño cauce de un arroyo, en el que había carteles que ponía “campeo de perro”.


Nosotros íbamos ya, con el “automático” puesto, pensando en llegar al final del recorrido cuando nos encontramos con un nuevo cartel de madera que indicaba “Llano la Morena”. La verdad es que mucho llano, lo que se dice mucho llano, no vi.


No tengo muy claro a qué zona se refería dicho cartel.

Pasamos por zonas perimetrales a fincas privadas hasta alcanzar y ver por fin, de nuevo, la casa refugio de Caracoles.



Una vez alcanzado este punto, ya sólo nos quedó regresar por el mismo trozo de itinerario que realizamos por la mañana, pero en sentido contrario.


Por supuesto, tras el cambio de calzado y alguna ropa, como nos viene ocurriendo en los demás senderos, nos fuimos a nuestro querido pueblo de Montellano, al bar Rural, a nuestras merecidas tapas y cervezas. Para ello, en lugar de volver por el camino de ida, tomé hacia El Burgo, luego Ronda, Algodonales, Puerto Serrano y ……. Montellano, ju ju, yu,yu….

DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres descargarte el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=3998704

4 comentarios :

  1. Muchas gracias por la ruta, Antonio. Vamos a intentarlo el sábado.

    Un saludo.

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    1. Hola Unknown, la recuerdo como una ruta bonita, dura y bastante fácil de seguir.
      Espero que os vaya bien

      Un saludo

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  2. Hola Antonio, gracias por estas reseñas. Yo subí hace una década, pero acortamos mucho, pues recuerdo que tomamos la pista con el coche. Ahora lo queremos hacer de nuevo, desde el pueblo, como ustedes. A ver si acompaña la meteo. Saludos.

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  3. Hola Franeto, la verdad es que hace 4 años de esa ruta, que también ha llovido desde entonces, pero me acuerdo que me dejó un grato recuerdo. Prácticamente todo el recorrido por senderillos bonitos y lógicos. Yo también tendré que repetir por la zona, porque, a la vez de bello el recorrido, también lo recuerdo duro.
    Desde luego, el tiempo está fastidiando, esto de llover continuamente los fines de semana, al menos yo, no lo llevo bien, y el estar recluido en casa bajo cuatro paredes, no es lo mío.
    Espero que pilles un buen día y lo disfrutes
    Un saludo

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