Ruta realizada el día 10 de Enero
del 2016.
Había que salir al campo, el día
no era demasiado halagüeño, existía una alta posibilidad de lluvia y más, en
Grazalema, lugar que escogimos. Pero quisimos arriesgarnos.
Fuimos Mª José y yo, Antonio, a
realizar una circular no demasiado amplia, ni exigente, aunque en esta sierra,
siempre te lías, nunca hay nada suave y terminas haciendo una ruta en
condiciones.
La idea era recorrer viejos
rincones que llevábamos algún tiempo sin pisar y de camino, descubrir algunos
otros.
Llegamos al pueblo de Grazalema y
dejamos el vehículo en los aparcamientos que hay junto a los tajos, en la parte
Este de la localidad.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, comenzamos nuestro itinerario, caminando un cortísimo
trayecto por la carretera, para seguidamente comenzar a subir unos escalones
realizados con piedras, dirección a el Santo, señalizado mediante un poste
indicativo.
Comenzamos a subir, el firme
estaba resbaladizo y húmedo, había llovido esa noche y previsiblemente lo
hiciera de nuevo, aunque teníamos esperanza de que tardase.
Pronto tomamos altura y
disponíamos de unas vistas maravillosas del pueblo. Tomamos un desvío a la
derecha, dejando el ramal que se dirigía hacia el Santo y fuimos hacia la
Ermita, que alcanzamos enseguida, fotos y para arriba.
Continuamos por un marcado
sendero, que progresivamente iba ascendiendo la ladera, éste, nos llevaría a
pasar por encima de los Tajos, esos paredones verticales que se ven desde la
carretera, cuando vas aproximándote a Grazalema, proveniente de Villaluenga del
Rosario.
Pero a cierta altura, quise
explorar una subida que me apetecía realizar, la directa hacia la Cueva de Dos
Puertas, por supuesto, campo a través total, buscando siempre los mejores
pasos. No fue difícil, pero entiendo que hay que estar acostumbrado a caminar
por calizas y resaltes herbosos, a lo que habría que sumar lo resbaladizo del
terreno, por el día que tuvimos.
Por esta zona, siempre suelo
encontrarme con un numeroso rebaño de cabras montesas y allí estaban
esperándonos, tranquilas y observadoras.
A medida que ganábamos altura,
las vistas sobre el pueblo, su embalse, el propio Santo eran magníficas.
En la parte superior,
prácticamente caliza cien por cien y algunos bloques completamente lisos y curvos,
algunos cóncavos muy curiosos.
Pronto dimos con ese precioso
arco de piedra, bautizado, Cueva Dos Puertas, casi de frente, encontrándolo en
nuestro último repecho. Lástima que el día no acompañara, gris, nuboso y lo
peor, viento, que en ese punto se incrementaba bastante. De todas formas, nos
tomamos unas frutas al resguardo de las rocas, disfrutando de las espléndidas
vistas.
Continuamos, pasando por debajo
de la Cueva y nos internamos en el pinar, situado al Sur de la misma,
intentando caminar siguiendo el sendero, aunque no era excesivamente claro, por
allí.
Aparecimos en un lugar
desconocido para mi, un lugar maravilloso, una corta estribación rocosa procedente de la Cueva de Dos Puertas, que
moría sobre el Puerto de los Alamillos.
Una bajada sobre roca, siguiendo
un sendero claro, que al salir hacia el citado Puerto a una cota superior, te
brindaba unas vistas espectaculares sobre el Cancho de la Bejeruela y sobre
todo, de la Sierra del Endrinal, con el Reloj y Simancón, como mayores alturas,
aunque había otras más alejadas como los Lajares, Llanos del Republicano y
otras sierras más distantes.
Seguimos un poco por esa tenue
cordal, pero pronto nos metimos de nuevo entre vegetación, árboles, arbustos,
matas de pequeño porte y como no, entre rocas calizas. Buscábamos enganchar con
el sendero que une la Charca Verde con los Llanos del Endrinal, pero tuvimos
algún despiste y falta de orientación, la verdad, es que la niebla nos molestó
bastante.
Tras dar algunas vueltas más de
las deseadas (el track lo he depurado algo), logramos conectar con el marcado y
claro carril, donde plácidamente rumiaban un grupo de vacas y sus terneritos.
Tomamos dirección hacia la
Charca, donde poco a poco, el sendero fue tomando pendiente y tras pasar por
zonas de idílica belleza, dimos con ella. Pretendíamos comer algo más
contundente en este punto, pero el día cada vez estaba peor, la niebla más baja
y más viento, pero lo que más temíamos es que nos lloviese a esa altura de
recorrido, así que sin parar proseguimos la ruta.
Caminamos un corto trayecto por
el claro sendero que une Charca Verde con Benaocaz, pasando por la Cuesta de
Fardela , pero pronto lo abandonamos, para desviarnos por otro mucho más difuso
en su comienzo, aunque luego algo más claro gracias a los hitos que poseía.
Pasamos por zonas de umbría,
donde la humedad, el musgo y los líquenes eran los reyes, dueños y señores de
esos espacios.
Casi con visibilidad nula, fuimos
recorriendo esa senda, descubriendo, más que guiándonos por los hitos. Poco a
poco nos fuimos acercando al Circo de Dornajo, aunque lo que vimos fue un
sobresaliente y difuminado espolón rocoso que lo limitaba por uno de sus lados.
Acto seguido dimos con la característica portilla de madera que cerraba el
acceso a la bajada por el mismo.
Esta bajada tampoco la conocía,
aunque una vez realizada, casi puedo afirmar, que seguía sin tener claro como
fue, ya que tuvimos una visibilidad muy limitada, es más, tardamos bastante en
descender, primero por lo pendiente y resbaladizo del terreno (gravilla y
barro), segundo, por no tener ni idea hacia qué punto dirigirnos, el Gps en
esas zonas te orienta, pero no te indica con precisión y con el desconocimiento
del terreno, niebla espesa, poca visibilidad, el temor a un posible cortado y
un rápido resbalón, nos hizo bajar con mucha cautela.
Al divisar una especie de grieta
bajo nuestros pies, intuí que podría ser por ahí, lo exploré acercándome con
cuidado y vi que podría ser el paso que buscábamos.
Bajada la grieta, nos encontramos
con un canchal de piedras que tuvimos que atravesar, para luego encontrarnos un
mar de arbustos espinosos, estaba plagado de espinos albares, menos mal, que un
desdibujado sendero nos hizo caminar por el lugar más idóneo para ir
salvándolos. No obstante, algún que otro pinchazo nos llevamos.
Dimos con la Casa del Dornajo,
aunque para ello tuvimos que bajar las diferentes terrazas herbosas e inundadas
de agua. Era muy bonito ver la sierra rebosante de agua, sobre todo después del
año con tan pocas precipitaciones. Los arroyuelos llevaban un curioso curso del
líquido elemento. El curso del agua realza aun más si cabe, el esplendor de
esta sierra.
Tras las pocas fotos que en esos
momentos, me atrevía a realizar, por lo húmedo del ambiente, continuamos por el
marcado sendero que nos llevaría hacia el Puerto del Boyar. Sendero, que en
suave pendiente, nos llevó a su parte más elevada, que nos recibió con un hueco
de paso abierto en un largo muro de piedra. Desde aquí, todo fue bajada hasta
un corto repecho en ascenso para pasar la angarilla del Puerto de las Presillas.
Superada ésta, abandonamos la
dirección del Puerto del Boyar, para dirigirnos hacia los Llanos del Endrinal,
por el Puerto de las Presillas.
Seguimos por carril muy marcado,
pasamos junto al Pozo de las Nieves, algo más retirado quedó el de las
Presillas y ya a lo lejos, divisábamos los Llanos, con su característico
cercado al fondo del valle.
Una vez en el Llano del Endrinal,
la lluvia hizo acto de presencia, aunque, de momento, muy débil, pero nos
obligó a colocarnos los impermeables. Subimos rápidamente al Puerto y bajamos
como una flecha el resto del trazado hasta salir a la carretera junto al
camping.
Aquí escampó y decidimos llegar
al coche por la carretera, en lugar de por las calles del pueblo.
Al final, el cambio de calzado y
casi de la totalidad de la ropa, la tuvimos que realizar bajo el portón trasero
del coche, a forma de tejado, para protegernos de nuevo del chaparroncillo con
el que nos quiso despedir el día, más bien la noche, que es como llegamos.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-por-grazalema-desde-la-ermita-pasando-por-dos-puertas-y-el-circo-del-dornajo-35628154
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
Preciosa ruta Antonio y compañía, esa subidita desde El Santo y la Ermita hacia la Cueva de las Dos Puertas tiene su dificultad y la bajada por el Circo del Dornajo "no veas", saludos cordiales
ResponderEliminarHola Carlos, acabo de descubrir el apartado de comentarios en el blog, no sé como lo tengo en la configuración, ni como debía tenerlo para que me llegasen a la entrada necesaria y me apareciera en mi correo.
EliminarDisculpa por no contestar
Un saludo