Ruta realizada el día 20 de
Diciembre del 2014.
Fuimos Patxi, Juan José y yo,
Antonio, a patear esta sierra a la que
ya le teníamos ganas desde hace algún tiempo.
Desde Sevilla y por la autovía de
Granada, a la altura de Archidona, nos desviamos y tomamos hacia Villanueva del
Trabuco. Pasada la población por la carretera comarcal MA-4100, en el kilómetro
seis, pasada la Ermita Virgen del Pilar, nos desviamos a la derecha, según el
sentido de marcha, por un camino de tierra, “Camino de los Poyales”, donde aparcamos
nada más entrar, pegados en su margen.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos esta circular caminando de forma relajada por
el camino de tierra en sentido Suroeste. No solemos realizar este tipo de
comienzo, más bien, intentamos realizar, de entrada, lo duro y pendiente y
dejar para el final, si es posible, la parte más cómoda pero, en esta ocasión,
hicimos una excepción, aunque provocada también por el desconocimiento del
terreno que íbamos a patear.
Pasamos próximos al cortijo de los
Poyales y, más retirado, el del Higueral. De repente nos encontramos a nuestra
izquierda la Fuente de los Cien Caños, diferentes caños situados a distintos
niveles y aterrazados unas filas respecto a otras. Todo cubierto de una capa de
musgo verde, síntoma de estar en continua humedad.
Según indicaba un cartel
informativo situado junto a esta fuente, se trataba de la conducción del agua
que emanaba de la entrañas de la Sierra de San Jorge y las conducía hacia el
río Guadalhorce. Enfrente, al otro lado del carril, existía una inmensa
explanada con multitud de asientos y mesas, supongo que será el lugar donde el
cartel anunciaba la celebración del día de San Marcos por parte de los
trabuqueños.
Tras las numerosas fotos, desde
todos los ángulos posibles, a esos numerosos chorros de agua, proseguimos por
el carril. Enseguida dimos con otros dos carteles informativos más, uno
indicaba las diferentes zonas de escaladas que había por la zona, el otro
informaba sobre un recorrido de senderismo, que catalogaba como de dificultad
alta, para recorrer parte de esta sierra.
Seguimos caminando con vistas
amplias en las que se distinguía, a lo lejos, el pueblo de Villanueva del
Trabuco y las sierras de las Cabras, Torcal y Camorro Alto, entre otras, con un
halo de niebla entre ellas que le configuraban un aspecto extraordinario.
Más adelante un nuevo cartel,
éste con un cristal o un plástico similar, nos informaba sobre la práctica de
parapente en esta sierra, así como de sus artimañas.
Proseguimos... Aquello tenía más
anuncios que una peli en la uno a las once de la noche... je, je, es broma.
Contactamos con un carril de
mayor anchura casi perpendicularmente, el “Camino de Archidona a Alfarnate,
Realenga de Alfarnate”. Por supuesto, bajo la indicación de unos nuevos
carteles, ja, ja… uno, que señalaba en sentido inverso al que llevábamos, la
Ruta de los Nacimientos: Los 101 Caños y, otro metálico, que indicaba la
dirección hacia los sectores de Escalada-Vía Ferrata y Camping y, en el mismo
cartel, la dirección hacia la Fuente, Parapentes, Espeleología y senderismo
aunque, esa última, también en dirección contraria a la nuestra. Y eso que
nosotros estábamos haciendo senderismo, o ¿es que el cartel intuía que el
senderismo como tal, no iba con nosotros? Más bien el senderismo extremo o el
Cabra ¡!!
Se trataba de un amplio y
perfecto carril o camino, por donde incluso pasaban vehículos a motor, como
tuvimos la oportunidad de comprobar. Vimos a un pequeño camión, como de
limpieza y mantenimiento del bosque. Siempre en continuo ascenso.
Pronto lo abandonamos para, por
fin, meternos en un marcado senderillo que, aunque paralelo al mencionado
carril, al menos, caminábamos en un terreno más agradable para nosotros.
Esta senda, al igual que el
camino, bordeaba toda la zona Suroeste de esta sierra llevándonos por la parte
baja de la ladera del Cerro del Tajo Tello.
A la altura de una edificación de
curiosa planta y gran entramado de cubiertas de tejas muy elaboradas para esa
zona, justo donde existía un desvío del camino principal, decidimos tirar para
arriba por un sendero bien marcado que nos llevaba en la dirección del pico más
alto de esta sierra y que yo, a falta de otra información, bautizaré como el
San Jorge.
Fuimos dejando el pinar abajo y,
por la parte más alta, encontramos encinas aisladas hasta que, en la parte
superior, lo que había eran rocas calizas rodeadas de matorral bajo,
principalmente esparto.
Las vistas iban siendo amplias y
dejaban ver las sierras de alrededor, destacándose la Maroma que aún conservaba
nieve en su parte alta. Tuvimos que superar un vallado que, durante un corto
trayecto llevamos lateralmente, para acceder a su cumbre. Supongo que serían límites
municipales.
Tras alcanzar una antecumbre, nos
encontramos con una estupenda cordal caliza que tuvimos que ascender haciendo,
a veces, uso de las manos. Cuando mirábamos hacia atrás, veíamos la sierra del
Jobo, espectacular, así como la sierra Gorda. Ademas, estábamos rodeados de
otras muchas, como la de En medio, Camarolos incluso Gibalto, al Norte nuestro.
Alcanzada y pisada nuestra más
alta cumbre de la jornada, pico San Jorge, nos tomamos unas narajitas gozando
de las maravillosas vistas que disponíamos desde allí y del claro día que
tuvimos.
Continuamos con la ruta
desplazándonos algo por su cuerda pero, pronto, realizamos un drástico giro
para dirigirnos hacia el pico más representativo de esta sierra, bajo el que
pasamos para acceder a éste último. Tomamos dirección Oeste, caminando por
auténtica roca caliza, y volvimos a pasar el vallado anterior por un punto
diferente.
Tal como íbamos bajando de esta
cumbre, veíamos perfectamente el recorrido que nos quedaba por realizar hasta
encumbrar nuestro siguiente objetivo. La zona rocosa se transformó en zona
herbácea, con rocas diseminadas, donde se caminaba estupendamente.
Antes de la elevación principal
había una intermedia que dejamos al lado por no tratarse de una significativa
que nos fuese a aportar diferentes vistas. Pasamos por pequeños llanos,
ubicados entre las diferentes elevaciones, casi como superficies similares a
los campos de futbol si no fuese por algunas que otras piedras desperdigadas
por la zona.
La subida al cerro del Tajo Tello
fue por caliza, aunque no tan densa como en el primero. Vistas similares aunque,
éste, aun siendo una elevación periférica (situada en su contorno) como el
anterior, permitía unas profundas vistas hacia el Oeste que, en ese día, para
mí, eran las más impresionantes, tratándose de un inmenso balcón natural que
dejaba otear esas nieblas que, a lo lejos, se intercalaban entre las diferentes
montañas que formaban el horizonte tratándose de un bello espectáculo.
Tras un tiempo en su cumbre,
decidimos continuar. Tomamos dirección Noreste por una marcada lengua de tierra
que dividía perfectamente toda la sierra de San Jorge caliza en dos partes
diferenciadas y con una lagunilla, en su
fondo, muy marcada. Supongo que en verano no existirá rastro alguno de ella.
Bajábamos por la zona conocida
del Quejigal, campo a través, en ocasiones, aunque de fácil caminar. Poco a poco
descendimos hacia esa plácida llanura, con esa bonita laguna en su centro.
Rodeada de multitud de animales domésticos: caballos, ovejas y cabras,
principalmente.
Elegimos un buen quejigo y, a su
sombra, dimos buena cuenta de nuestras viandas, algunos, regándolas con cerveza
cruzcampo especial fresquita. Todo un lujo.
Tras el “almuerzo”, nos salimos
de esta especie de manga y nos dirigimos hacia las elevaciones calizas que
teníamos situadas al Norte. Se trataba de una serie de elevaciones ubicadas en
el contorno de esta sierra, esta vez situadas en su parte Noreste,
aproximadamente encima de la fuente de los Cien Caños.
De nuevo por firme rocoso calizo,
subiendo por toda su cordal y recorriendo un pico tras otro. Disfrutando como
enanos. ¿Qué haríamos sin crestas y cordales?
Teníamos enfrente el pico que
subimos en primer lugar, al Sur exacto de
nuestra posición. También fotografié mi coche, que veíamos desde lo alto
de ese maravilloso lugar. Una preciosidad, difícil de olvidar, realizar esa
entretenida y disfrutona cordal.
Una vez realizada y descendida,
nos encontramos con otro vallado que tuvimos que superar. Esta vez, se trataba
del límite provincial de Villanueva del Trabuco.
Encontramos algunas hierbas
cubiertas aun por escarcha en este tramo intermedio. Nos dirigimos hacia la
siguiente serie de picos calizos que temblaban con nuestra llegada, ya que,
pocos de ellos, se quedaron sin pisar.
Desde que subimos a las
elevaciones anteriores, transitábamos campo a través, principalmente entre
rocas. Ahora nos tocaba la zona del Penal, otra serie de piquitos rocosos que,
uno tras otro, fuimos pisando, por supuesto, con los máximos respetos. Teníamos
vistas alucinantes hacia todas partes hasta que llegamos al último pico de esta
serie con la Sierrecilla, justo enfrente, al Este de nuestra posición. Otra
cordal tentadora que habrá que preparar.
La luz diurna iba menguando y aun
nos quedaba faena, pero eso ya es una costumbre u obligación en nosotros.
Descendimos de la última cumbre
conquistada aprovechando una pequeña vaguada en dirección perpendicular a la
Manga. Era una especie de vaguada formada por la Sierra de San Jorge con la
Sierrecilla y por donde discurría un arroyo que alimentaba al río Guadlahorce y
un claro carril de tierra que la recorría longitudinalmente.
Conectamos con un claro sendero
que nos iba bajando progresivamente por la ladera contraria a la Sierrecilla y
comenzaron a aparecer, cada vez más abundantemente, matas, matojos, arbustos y
árboles.
Caminábamos paralelamente a una
cota mayor aunque, poco a poco, nos íbamos nivelando respecto a la Manga.
Recorrimos un largo trayecto por la ladera y pasamos, desde lo alto, a la
altura del cortijo de la Manga, con la sierra de Gibalto al frente como la más
representativa.
La noche nos estaba dando caza y,
en esos momentos, era cuando pasábamos por un bosque más denso, lo que
incrementaba la oscuridad. Recorrida casi toda la ladera correspondiente a la
estribación por la que caminábamos, dejamos el sendero y nos dirigimos
perpendicularmente al carril, recorriendo un vallado lateral, durante un tramo
del trayecto.
Cruzamos el arroyo y alcanzamos,
por fin y justo a tiempo, el carril, llegando a la cancela cerrada de Finca La
Manga con carteles de vigilancia de campo y caza y con un vallado a prueba de
saltos.
Continuamos por el carril, ya con
la noche encima. Cruzamos el río Guadalhorce y conectamos con la carretera, que
tuvimos que recorrer durante un kilómetro, con los frontales en la mano, como
indicadores luminosos, para los pocos coches que por allí pasaban.
Una vez en el coche, cambio de
calcetines, calzado y alguna prenda y, si no me equivoco, terminamos en
Montellano. Eso sí que es afición!!!
DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:
Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:
Impresionante ruta y maravillosas fotos!!!
ResponderEliminarAnda !! déjate de mirar el blog y apúntate a algunas
EliminarEFECTIVAMENTE EL CERRO MAS ALTO DE ESTA SIERRA LLEVA EL NOMBRE DE LA SIERRA, SAN JORGE.
ResponderEliminarENHORABUENA POR EL BLOG
COMO SE QUE OS GUSTA AL IGUAL QUE A MI HACER TODAS LAS CIMAS AVUESTRO PASO POR SI ES DE TU INTERES TE DIRÉ QUE LA SUBIDA QUE HACEIS UNA VEZ PASADA LA LAGUNA A LA IZQUIERDA CON COTA 1291 M. SE LLAMA TAJO DE LA hIGUERA
ResponderEliminarAQUI TE DEJO ENLACE DE MI BLOG, DONDE SOLO TENGO RUTAS ACABADAS EN CIMAS, HAY SOBRE 400 SI ALGUNA VREZ ESTAS INTERESADO EN ALGUNA Y TIENES ALGUNA DUDA NO DUDES EN PONERTE EN CONTACTO CONMIGO, MI BLOG ES BASTANTE BÁSICO YA QYE EMPEZE A HACERLO MUY TARDE.
http://miguelycumbres.blogspot.com.
SALUDOS
Hola Miguel Cruyff, ante todo muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarRespecto a los picos, los tendré en cuenta por supuesto. Si tengo ocasión, añadiré algún comentario sobre el pico que mencionas y le daré un vistazo a tublog
Muchas gracias
Un saludo