lunes, 9 de agosto de 2021

LINEAL POR LA CAÑADA DEL MESTO. DEL CORTIJO DEL MOLINILLO AL VADO DE LAS CARRETAS

 

Ruta realizada el día 3 de Enero del 2017.

Fuimos Mª José y yo; Antonio, a realizar nuestra última ruta por estas sierras jiennenses, concretamente, la sierra del Pozo, en esta ocasión nos desplazamos al pueblo de Pozo Alcón y antes de llegar a la presa del embalse de la Bolera, dirección a Castril,  tomamos a la izquierda por un carril de tierra que nos llevaría al Albergue Juvenil Casa Forestal El Hornico. Lo pasamos y continuamos por él,  hasta llegar a la bifurcación que nos llevaría hacia el arroyo del Guazalamanco. Allí mismo  aparcamos.

Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos esta  ruta con una idea inicial de realizarla circular, e incluso hacer el paso por el tranco del Lobo, esa  llamativa faja que me apetecía observar de cerca, pero el día se presentó muy húmedo y desapacible, incluso lloviznaba levemente y eso representaba que la roca estuviese resbaladiza y con bastante falta de agarre, cosa que más adelante, nos  supuso tomar la decisión de convertirla en lineal.


Avanzamos por el carril, por la cerrada de la Herradura, cruzamos por el puente sobre el   arroyo del Guazalamanco y alcanzamos el cortijo del Molino, donde había unos carteles indicando el inicio del sendero como tal.


Cruzando unos arbustos por esa zona, llegué al borde rocoso donde se contemplaba perfectamente el embalse, llamándome la atención un cercano puente que en esos momentos sobresalía del nivel de agua, pero que normalmente estaba sumergido, mirando las marcas de los diferentes niveles que había alcanzado el embalse en sucesivas temporadas, marcados en su contorno.

Continuamos por el marcado sendero que nos llevaba paralelos a la cola del embalse, por donde era alimentado por el río Guadalentín. Pasamos éste, por un delgado puente, a bastante altura del encañonado cauce, pudiendo causar cierto cosquilleo a personas con vértigo.




Continuamos en descenso, hasta aproximarnos al nivel acuático del agua embalsada, para comenzar a continuación, un ascenso por la cañada de Mesto..

Un entorno envidiable, con una pared vertical a nuestra derecha, con algunos pinos laricios burlándose de la gravedad, colgados en estrechas repisas y el cauce del Guadalentín, produciendo una marcada y profunda hendidura en el terreno, hacia nuestra izquierda.

Realmente, estábamos caminando por una amplia terraza intermedia, cortada en algunos puntos, a pico sobre el Guadalentín y limitada a nuestra derecha por las paredes verticales, que igualmente caían a pico sobre nosotros. Precisamente, a la parte alta de esta cornisa es donde pretendíamos llegar.

Se trataba de un recorrido agradable, donde nos asomábamos a todos los balcones naturales que nos íbamos encontrando sobre el río. A la altura, donde en el lado contrario al que nos encontrábamos el arroyo Frío vertía sus aguas sobre el Guadalentín, tuvimos la suerte de contemplar los restos de un antiguo cortijo que aún conservaba un pequeño horno. Allí tuvimos la ocasión de acercarnos al pretil o borde del saliente rocoso, bajo una vertiginosa verticalidad y contemplar el cauce acuático dibujando un serpenteante recorrido en el fondo del valle. Por supuesto, a esa altura del recorrido y eso es uno de los ingredientes más espectaculares de esta sierra, ya dimos buena cuenta de una parte de la fauna típica de la zona, ciervos y gamos, que divisamos, ocultos entre los troncos.









Continuamos por el claro sendero, hasta que algo más adelante lo abandonamos, para acercarnos entre el pinar, al inmenso murallón vertical, a priori, inexpugnable.

Como comenté al principio, el día era húmedo y la roca estaba mojada y aunque uno de los track que llevaba, me acercó a la base de la pared, había que tener intuición montañera, para dar con la continuación.

Si observabas toda la muralla de abajo a arriba que se interponía entre nosotros y la parte superior, la coronación de ese muro natural, algo te decía en tu interior que no siguieras, pero si lo observabas con calma, se entreveía, más bien, se intuía, una serie de pasillos, que en pendiente y diferentes revueltas, te hacían ascender ese infranqueable murallón.

Me aventuré en solitario como explorador de punta, pero Mª José, en lugar de esperarme, me seguía a un ritmo más lento y algo más torpe, con lo que la tensión me aumentaba, no por lo desconocido y que obstáculo me podría encontrar, sino también, por la retaguardia, a ver por donde se metía.

Hasta donde llegué, siempre existía una posibilidad de continuación o más bien, lo parecía, pero siendo la última ruta en estas tierras, preferí no arriesgar, dimos marcha atrás, salimos del bosque de pinos algo más delante de por dónde entramos y de nuevo, nos vimos sobre la senda principal. En ese momento, se esfumó la posibilidad de hacerla circular.



Seguimos hacia adelante, hasta dar con la deteriorada fuente del Puntal de Ana María, próxima a las ruinas de la casa forestal del Puntal del mismo nombre y, algo más adelante, la propia casa del Puntal, ubicada prácticamente sobre él, muy cercana al abismo. Por supuesto, no desaprovechamos la oportunidad de otear desde el punto más extremo y vertiginoso del saliente rocoso.

A continuación pasamos por una era, donde unos carteles informativos, nos indicaban cada una de las tareas que sobre ella se realizaban.








Luego, más adelante, dimos con el cortijo del Raso del Peral, que si se veía habitado y cuidado y a cuyo puntal próximo, también nos asomamos.



Si no recuerdo mal, hasta ese punto, el itinerario era en ascenso, unas veces suave y otras, algo más acusado, pero a partir  de él, comenzó una larga bajada, un descenso suave que sólo al final del recorrido, se acentuó ligeramente.

Recorrimos un largo tramo, atravesando magníficos pinares y teniendo unas magníficas vistas longitudinales de la cuenca del río. Tras un buen tiempo caminando, nos topamos con una mansión, un espléndido y nuevo cortijo, por llamarlo así, que bajo reja y cercado, disponía de una amplia superficie de terreno. También aprovechamos la existencia de una pequeña cordal pétrea próxima, a la que nos asomamos para obtener una maravillosa panorámica a vista de pájaro.

Seguimos con el recorrido, encontrándonos con otra edificación, también junto a la escarpada cornisa que formaba la silueta del barranco del Guadalentín por nuestro lado. Daba la impresión de tratarse de una vivienda para contener material de laboreo.







Algo más adelante, entre nosotros y los paredones verticales nos encontramos con las ruinas del cortijo de Poyo Tribaldo. Desde ese momento se acentuó la pendiente, en bajada y nos llevó directamente hacia el Vado de las Carretas, lugar por donde se debería vadear el río Guadalentín.

Lo atravesamos y estuvimos explorando la zona, vimos un pequeño puente que salvaba el arroyo San Pedro, tributario del río principal, protagonista primordial de casi todo nuestro itinerario. Decidimos comer junto a su orilla, gozando de unas aguas corrientes y transparentes, que nos proporcionaron además de descanso, una relajación extra.
















La vuelta, la realizamos por el mismo camino de ida, con algunas escapadas o fluctuaciones hacia diferentes elevaciones y miradores, con el fin de otear diferentes puntos de vistas de nuestra ruta que no hicimos a la ida. Concretamente, recuerdo que realizamos un bonito tramo de cordal, a la vuelta, algo antes de llegar al cortijo de Raso del Peral.

























Sólo nos restó seguir por la senda, hasta alcanzar nuestro vehículo, donde acabamos esta aventura, así como nuestras rutas proyectadas en esta sierra, que no serán la últimas.

DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:


NOTA:

 

Con este blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago, normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo. Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los tiempos empleados.

Deseo que os guste, sea de vuestro agrado y os sirva la información.

 

Gracias por vuestra visita.


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