lunes, 13 de diciembre de 2021

CIRCULAR DE SUBIDA AL CABALLO TORRASO Y OTRAS ELEVACIONES DESDE LA PISTA DE LA ALBARDA

 

Ruta realizada el día 1 de Abril del 2017.

De nuevo, otro fin de semana, Mª José y yo, Antonio, aterrizamos en nuestra queridísima sierra de Cazorla, Segura y las Villas, en esta ocasión nos hospedamos en un alojamiento de Cañada Morales, pasado el Tranco y con dirección hacia Hornos.

Esta fue la situación más cercana que encontré para subir entre otras elevaciones, al Caballo Torraso, que ya le tenía bastantes ganas.

Además, pretendía encumbrarlo siguiendo toda su cordal, cosa que al final conseguimos, sin disponer de ninguna información al respecto y no encontrar ningún trazado en Wikiloc orientativo. Como base para mi proyecto, elegí el trazado de  Galenoman, al cual agradezco su publicación.

Tras el tempranero desayuno, tomamos la carretera que nos llevaría al Tranco, la A-319, para conectar con la JH-7048, que nos llevaría a Villanueva del Arzobispo, pero mucho antes nos desviamos hacia la Venta de los Agustines, para atravesar el río Guadalquivir por el puente del mismo nombre, dejando al lado el área recreativa Charco del Aceite. Durante un corto tramo la carretera transcurre paralela al arroyo de María, para en un punto dado, cruzarlo y mediante un montón de zigzag comenzar a subir la enorme pendiente que separa los cortijos del Palancón de Abajo con el de Arriba, pasado este último, algo más adelante y a nuestra izquierda, nos encontraríamos con un carril de tierra cerrado por una barrera, allí dejamos el coche, pegadito al talud para no estorbar, el camino de la Albarda.

Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos otra nueva aventura por estas Sierras. Ascendemos por el camino y en la segunda revuelta estamos atentos a un poste de madera con la clásica "x" blanca y roja, que indica que por ahí no sigue el GR (últimamente, parece que vamos contra corriente, solemos tirar por muchos prohibidos el paso como ese) En ese punto abandonamos el cómodo carril y comenzamos por amplio sendero en fuerte pendiente, pero mucho más acogedor, una hendidura abierta entre una espesa y tupida maleza, formada principalmente por romero.

Un olor que impregnaba y te hacía caminar dulcemente. Desaparecieron de momento los pinos que en el inicio del camino nos acompañaron y comenzamos a ver elevaciones que en esos momentos no sabíamos ni siquiera, que íbamos a pisar en el recorrido, como la Piedra del Enjambre, que nos acompaño un tramo de nuestra ascensión.







La trayectoria de la senda, sin saberlo, nos llevaba directamente hacia el cortijo de la Albarda, pero algo antes de llegar, se desvió para hacernos pasar bajo las escarpadas paredes de la cara Noreste de la Sierra de las Cuatro Villas, aprovechamos los diferentes salientes rocosos a modo de miradores naturales, para contemplar el magnífico espectáculo que nos rodeaba por todas partes. Tras un marcado zigzag, nos depositó en el collado para pasar a la otra vertiente, allí estuve asomándome a todos los miradores que pude, eran fantásticas sus vistas. También un risco, más bien, curiosa piedra, me llamó la atención, fotos a punta pala!!


Proseguimos, ahora dirección Sur, por la otra vertiente, por claro sendero, pero pronto, nos situamos en la misma línea divisoria, recorriendo la Sierra de las Cuatro Villas, por la misma cordal. Terreno calizo, no cómodo y sólo para personas acostumbradas. Estratos a diferentes niveles, fisuras, hundimientos, huecos, que habían que ir sorteando continuamente, a la vez, un terreno precioso, con vistas inigualables, nos movíamos por la zona de la Lancha del Tosero.







Superada toda esa parte de terreno caótico, alcanzamos otro nuevo balcón natural, un lugar muy distinguible, ya que se trataba de una roca blanquecina, a modo de pretil, ubicada sobre un terreno muy rojizo y erosionado. Tras escudriñar todos sus alrededores, continuamos en tenue bajada hasta dar con un amplio camino de tierra, que procedía del puente sobre el arroyo de Martín y que en su parte alta, por donde conectamos, estaba enlosado de piedras con hormigón, para dar un alto agarre a los 4x4, por la considerable pendiente que tenía (ni loco, pasaba montado en un vehículo a motor por allí)



Éste, se conectaba a pocos metros con otro carril, justo en el collado de Tosero. El que unía Prado de los Chortales con el Collado del Ojuelo, entre otras zonas y acto seguido nos encontramos con un poste indicativo, que nos señalizaba hacia la dirección que íbamos, el refugio C.F. La Parra y en sentido contrario, bajando por el citado carril enlosado, hacia la zona de acampada "Fuente de los Cerezos".

Continuamos un tramo por este último carril, pasamos junto a las ruinas del cortijo del Tosero y una fuente con sus tornajos, trochamos algunas curvas, hasta que lo abandonamos definitivamente, para,  campo a través y en marcada pendiente, dirigirnos hacia el comienzo de nuestra experimental cordal, por su extremo más Norte, para recorrerla desde su inicio.




Sin problemas y por terreno relativamente cómodo fuimos ascendiendo hasta que llegamos a un nuevo carril, que unía el Puerto de los Hermanillos con el anterior camino. Lo pasamos y continuamos por la mismísima divisoria de cumbres, que a medida que avanzábamos, se iba convirtiendo en más rocosa y complicada, sin ser nunca excesivamente problemática.

Así, tras pasar algunos puntos donde había que prestar un mínimo de atención, nos encontramos en la caseta de Fogoneros, la caseta de vigilancia existente en la cordal del Caballo Torraso, donde coincidimos con una pareja de la zona con la que estuvimos charlando sobre diferentes rutas de los alrededores. Mientras ellos aprovecharon la edificación para comer al resguardo del viento, nosotros continuamos por la misma crestería para alcanzar el poste geodésico, retirado unas centenas de metros, incluso recorrimos algo más la raspa del Torraso, hasta llegar a unas formaciones rocosas singulares.


























Fotos sobre cada uno de los resaltes, un entorno mágico, precioso, desde el que se veía todo los alrededores, incluido la Sagra, aun cubierta con manchas nevadas. Tras gozar del bello espectáculo y principal objetivo de esta ruta, retrocedimos por nuestros pasos hasta alcanzar de nuevo la caseta. Allí, tomamos el marcado sendero que existía en su vertiente occidental, que nos bajó algo más de la mitad de su ladera, la más acusada y pendiente, donde contactamos con otra senda de mayor porte (se trataba del último camino que pasamos cuando emprendimos la subida por la raspa del Caballo Torraso) De nuevo, un poste con la "X" roja y blanca, por el que nos desviamos, es decir, recorrimos parte de este camino o senda ancha en sentido opuesto al del ascenso, pero a una cota menor.

Tras caminar un rato por él, lo abandonamos, para, siempre en descenso y por un cómodo campo a través, conectar con el carril primero que pisamos, el que estaba enlosado en su parte alta. Atravesarlo, hacer lo mismo con la cabecera del seco cauce del arroyo Martín y tomar una dirección Noroeste por un terreno mixto, salpicadísimo de calizas y muy despejado de árboles, por haber soportado un incendio, se veían multitud de troncos tirados y calcinados por todas partes.








Todo este tramo mixto realizado desde que dejamos el cruce del camino, fue por un desdibujado senderillo difícil de seguir, debido principalmente al caótico terreno por el que caminábamos, hasta que al Sur del cerro Arzobispo, por el collado Albarda, dimos con un claro carril, que nos fue adentrando en un espléndido pinar.






Tomamos dirección hacia la Piedra del Agujero, ya con clara dirección Norte y alcanzamos los escarpados contornos occidentales de la amplia plataforma elevada que pretendíamos recorrer.

Tras recorrer un largo tramo entre pinares e ir acercándonos a los citados cortados que delimitaban esa amplia zona, lo primero que recuerdo es el enorme cobijo, hueco interior, que observamos en las paredes verticales. Según tengo entendido, recibe el nombre de la cueva del Garrincha o Iglesia de los Perros, que a medida que nos acercábamos, nos percatábamos de sus descomunales magnitudes.






Seguimos contorneando la zona, acercándonos a ella, cada vez era más impresionante, buscamos unos miradores que nos ayudaran a contemplarla mejor, desde allí tiramos multitud de fotos. Continuamos por ese teórico borde hasta llegar al punto donde un agujero, más bien, hueco entre rocas, nos situaba justamente en la parte superior de la Iglesia de los Perros, ya que realmente se trataba del paso del arroyo Agua de los Perros, que se desprendía por él y caía al vacío por el interior de la cueva.

 

Una pena cuando estuvimos allí, ya que el arroyo era tan escaso, que en lugar de caer un hilo de agua, eran gotas las que se precipitaban y muchas de ellas, incluso eran levantadas por el viento y no caían verticalmente.

Se trataba de un lugar sobrecogedor, si te acercabas al hueco, al que no podías acercarte demasiado, por la redondez y pulido de sus rocas, ya te producía una amplia sensación de vacío y si te arrimabas hacia el exterior, todo en una reducida superficie, te impresionaba la altura sobre la cota inferior.

Después de estar un buen rato por la zona, continuamos hacia el Norte, contorneando la plataforma, asomándonos a todos los salientes posibles.





Fuimos testigos de enormes arcos pétreos por los alrededores en la zona inferior, hasta que dimos con una pequeña edificación en ruinas, antesala a la elevación, bajo ella se formaba el amplio agujero en la roca que ya íbamos percibiendo mientras nos acercábamos. Subimos a ella, anotando a nuestro historial una nueva cima, la Piedra del Agujero, que con sus 1.426m era la máxima altitud de la parte Norte de esa plataforma.

Disponía de una estrecha estribación hacia el Noroeste muy estrecha y vertiginosa, con caída a ambos lados que caminé un tramo pero que no quise arriesgar por el viento reinante. Igual, no lo sé, te llevaba al extremo contrario y desde allí se podría llegar al propio "Ojo", aunque eso de momento, es sólo una conjetura.

Estuvimos escudriñando por toda esa zona, por un terreno muy caótico, calizo y con grandes fisuras. Buscamos diferentes miradores para tener otros puntos de vistas de ese magnífico agujero que atravesaba ambas caras pétreas.

Si nos hubiéramos metido en faena, posiblemente hubiéramos tenido oportunidad de encontrar alguna vía de acceso que nos llevase directamente al Ojo, pero preferimos continuar con nuestro trazado proyectado, ya que aun nos quedaba un largo trayecto, eso sí, por un cómodo y claro carril.










Aun investigamos por otras elevaciones situadas algo más al Este, pero enseguida emprendimos el regreso y con ello el cierre de esta amplia circular. Pronto encontramos una marcada senda, que rápidamente nos conectó con el ancho camino, que no era otro que el camino de la Albarda, concretamente, el mismo por el que iniciamos la ruta y que pronto abandonamos.

Ya sólo nos quedó caminar por el largo carril hasta llegar de nuevo al coche, pasamos junto a la fuente y ruinas del cortijo de la Albarda. Por los alrededores vimos multitud de ciervas agrupadas.









La mayor parte de este recorrido, al inicio en suave descenso hasta el cortijo y a partir de las ruinas, lo contrario, un suave ascenso, fue por la parte Este de la plataforma. Llegamos a un punto donde tras una marcada curva a 90º, el carril se tornaba en clara pendiente descendente y así seguiría hasta llegar a la barrera que pasamos por la mañana.

Justo allí, mientras Mª José me esperó a la sombra y con una brisa fresca reconfortante, me desvié del camino para acercarme al extremo saliente situado al Noreste de esa posición, a la Piedra del Enjambre, un pequeño poyo o saliente rocoso que divisábamos al inicio del sendero y que en esos momentos no reconocimos.

Un acceso llano, sin grandes desniveles y por superficies plagadas de plantas similares a cebolletas silvestres, sólo al final del extremo, se descendía hacia el límite del extremo rocoso que caía a pico con altas paredes verticales sobre el carril por el que pasaríamos luego más tarde.





Tras las pertinentes auto fotografías, regresé sobre mis pasos hasta verme de nuevo con ella y así, reemprender el regreso de forma relajada por el carril, gozando del bello espectáculo que nos rodeaba, vistas preciosas de los alrededores, incluido el propio peñón o saliente sobre el que estuve hace unos momentos, pero desde una posición inferior. Camino que iba poco a poco descendiendo sobre el fondo del valle por el que discurría el arroyo Martín y que superamos por un recio puente.

Prácticamente a continuación de atravesarlo, dimos con la conexión del carril de la ALbarda con el nuestro, por el que caminábamos, también cortado por otra barrera blanca y verde.







Sólo nos quedó continuar, ya por la otra vertiente, hasta dar con el coche, no sin un poco antes encontrarnos con una pequeña culebrilla, que al principio, confundí con una hilera de procesionarias, que también vimos varias.






DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-de-subida-al-caballo-torraso-y-otras-elevaciones-desde-la-pista-de-la-albarda-90773906


NOTA:

 

Con este blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago, normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo. Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los tiempos empleados.

Deseo que os guste, sea de vuestro agrado y os sirva la información.

 

Gracias por vuestra visita.