martes, 24 de noviembre de 2020

CIRCULAR DE SUBIDA AL CORNÓN DESDE SOSA DE LACIANA

 

Ruta realizada el día 5 de Agosto del 2016.

Quinto y último recorrido, en tierras asturianas. Desde el barrio de Arriba, del pueblo de Sosas de Laciana, pedanía de Villablino, provincia de León, pretendíamos realizar una circular de subida al pico Cornón.

Amaneció un día despejado y algo caluroso. De Villablino, donde nos hospedábamos, a Sosas de Lauciana, tardamos poco tiempo en llegar, cruzamos a lo largo el pueblo y aparcamos en el barrio de Arriba, próximos a su fuente.

Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos esta bella, pero larga y calurosa ruta, para recorrer todo el valle por el que discurre el río de Sosas, en cuya cabecera nos encontraríamos con los picos objetos de nuestra ruta montañera, así como una larga parte de su cordal, al realizar la ruta circular.

Partimos del pueblo por un ancho y claro carril, por el que podían circular vehículos, aunque recomendaría 4x4, si tenéis algo en estima, vuestro utilitario.

Al inicio, justamente cuando dejamos atrás las últimas vivienda de la población, nos encontramos con una gran parcela donde vivían un nutrido grupo de burros, incluido, burritos. Para mí, si no me equivoco, es la primera vez que veía una cría de este animal, acto seguido, dimos con un grupo de ovejas muy curiosas y acostumbradas al hombre.


Llegamos a una bifurcación, de seguir recto iríamos hacia las Dorniechas, nosotros tomamos a nuestra izquierda, para atravesar el puente sobre el río, donde el carril se tornó pendiente durante un corto tramo, llevándonos a la ladera contraria por la que iniciamos el camino. El río nos quedaba en esos momentos a nuestra derecha y así lo mantuvimos hasta el final.


El tramo que anduvimos de carril, fue bastante largo, siempre en ascenso moderado y cómodo de caminar, pasando por diferentes fincas y siempre paralelos al río, que por momentos discurría en algunos tramos  muy embarrancado, formando diferentes hoces y saltos, algunos de ellos muy escondidos y difíciles de localizar, principalmente por la vegetación que lo rodeaba, así como, la altura desde la que nos encontrábamos sobre él.

Pasamos por zonas donde se cultivaban pastos para el ganado, veíamos como trabajaban para realizar esas enormes bolas de hierbas que luego empaquetaban, pasamos por otra finca donde lo que tenían eran colonias de abejas, curiosamente me llamó la atención un cartel de prohibido osos (!! yo sí que no tenía ninguna ganas de encontrarme con ellos !!)


El río, más bien su cauce, aparecía en el fondo del valle como una grieta que lo recorría longitudinalmente, según que tramos, más acusadamente.

Había tramos cubiertos por árboles, a forma de galería, que nos servían para darnos sombra, otros despejados y muchos tramos, sobre todo los que iban a una buena altura sobre el río, con barandillas, la mayoría metálicas, oxidadas e incluso deterioradas.







Me sorprendió sobre el trayecto, la multitud, tipos y variedades de mariposas que nos íbamos encontrando en nuestro caminar.

Entretenidos, avanzamos por ese cómodo y larguísimo camino, hasta que alcanzamos las Brañas de Sosas, o lo que quedan de ellas, ya que resultaba ser un paramento vertical que aun resistía en pie, las inclemencias del tiempo que por esta zona, pienso, que deben ser duras. Es verdad, que casi enfrente, había una vivienda de nueva construcción en perfecto estado, igual formaba parte de la Braña restaurada.



En este punto, abandonamos el camino, que aun seguía hacia delante y por donde pretendíamos regresar de la circular, tomando por otro de menor entidad, que salía a nuestra izquierda y envolvía, en cierto modo, a la ruinosa estructura.

El camino comenzó a tomar pendiente de forma acusada, ya que nos subía por la ladera Oeste de la vaguada o fondo del valle por el que caminábamos y nos iba a subir prácticamente a su línea divisoria, a la cordal de Sierra Delgada, o al menos, esa era mi idea.

Delimitado por altas retamas a ambos lados, fuimos ascendiendo con dirección hacia el Alto de Valbuena, pero a mitad aproximada de ladera, el camino terminó junto a una enorme nave, como salida de la nada, allí aislada, un establo para las vacas.


A partir de aquí se transformó en senda y cambió bruscamente de dirección, hacia el pico la Fana.

Nos encontramos con el ganadero de la explotación, advirtiéndonos de la presencia de tres mastines muy mansos, a los que no les teníamos que tener miedo y que cuidaban de las vacas que se encontraban algo más altas y retiradas de ese perdido establo.

Durante este tramo íbamos por un pasto seco amarillo que era surcado por la senda, que daba la impresión de caminar por alguna senda del Sur, aunque en general, el entorno era verde, igual para un asturiano, no.

Alcanzamos el grupo de vacas y por supuesto a los mastines, tres perracos casi más grandes que nosotros, que lo que querían era jugar y olisquearnos, pero sumamente profesionales, ya que una vez superado el grupo vacuno, dejaron los juegos y las ganas que los acariciáramos, para volver a su función de vigilancia.

Ganábamos altura rápidamente, el fondo del valle cada vez se quedaba más lejos y profundo y el pasto seco, iba cambiándose por plantas de bajo porte, como el brezo y la multitud de colores de sus florecillas.






En ese momento me di cuenta que el trazado del sendero había que seguirlo, ya que salirse de él, era caminar de forma engorrosa e incómoda, aunque daba la impresión de no avanzar mucho hacia nuestro objetivo principal y como dije antes, se trataba de un día algo caluroso.

Me gustaría haber enganchado con la mismísima cordal y continuar por ella, pero ante la duda de no tener tiempo para alcanzar el Cornón, que a fin de cuentas, era lo que queríamos encumbrar, preferimos seguir los claros senderos que se abrían paso por la ladera.

Así que, habiendo dejado atrás el Secuecho, pasamos próximos, pero a menor cota y al Este del pico la Fana y algo más retirados de la Manteiga,

Seguimos a media ladera dirección al lago Chagunana, con todas las impresionantes vistas de la ladera contraria al valle, donde siempre teníamos las vistas del Cornón, Cornín, peña Rubia, entre otras, pero en esta ocasión, el pico que custodiaba al citado lago, era el pico Elena y como mi hija tiene su mismo nombre, no podía dejar la oportunidad y el honor de pisarlo respetuosamente.





Eso me obligó a separarme de Mª José, que no estaba ese día por malgastar energías, y del claro sendero, para tomar campo a través y por la inclinada pendiente hasta alcanzar la cordal. Desde ella, sólo me quedó una despejada pendiente hasta alcanzar mi primer pico de la jornada.

En su cumbre me encontré con un alto cúmulo cónico de piedras y un buzón con una placa que indicaba lo siguiente: (pico "Helena" 2000m G.M. Cordinoastur Siero). Esta primera elevación fue leonesa.




De buena gana me hubiera acercado al pico del Río, situado al Oeste, por una agradable cuerda que lo conectaba al de Elena, pero lo que siempre me suele suceder en estas sierras desconocidas para mí, suelo ser más precavido que aventurero, así que decidí bajar al encuentro con Mª José, que me esperaba algo más adelante sobre la misma cordal, en el collado Miro.

En el collado podríamos haber seguido por la misma cuerda, con lo que hubiéramos alcanzado el pico Sierra Pelada, pero preferimos lo seguro y cómodo, seguir la senda, que nos llevó a una cota inferior bordeando la elevación por su cara Sureste. El sendero se introducía entre el matorral de bajo porte y antes de sacarnos de nuevo a la cordal, pasada la elevación, nos llevó entre un incómodo canchal de piedras.




Apareció frente a nosotros, hacia el Norte, unas nuevas y vastas vistas, sierras y picos de todo tipo de formas y colores y en primer plano, el impresionante valle de los Cereizales.

Bien merecía contemplarlo tranquilamente tomando unas frutas, justamente al lado, disponíamos sobre la misma cordal, el inicio de la subida al Cornín.

Tras el descanso, nos volvimos a separar, Mª José tomó un marcado sendero que envolvía el pico a media ladera por su cara Norte, desde su cara Oeste a la Este, para reencontrarnos sobre la cordal, pasada la elevación. Yo, sin embargo, creyendo ver una tímida senda que subía al Cornín o Peña Negra por su cara Sur, tiré para allá, pero ya metido en faena, me percaté que se trataba de una vía algo delicada, muy inclinada, con ausencia total de senda y con muy pocos agarres y apoyos, además de resbaladiza, por la multitud de hierbas que la cubría, pero con precaución, la fui superando hasta llegar a la cumbre.

Fotos de rigor, sobre mi segunda elevación del día. Observando a Mª José que se aproximaba a la cordal, bajé rápido por el caos de piedras que forma su cara Este y de nuevo reunidos para enfrentarnos con el objetivo principal.








Nos acercamos a la base del Cornón, tras caminar un corto trecho desde el Cornín, por la cordal. Se trataba de una acentuada subida por la arista Oeste, donde aparecía un marcado sendero que la recorría en toda su longitud, nos armamos de paciencia y a un paso tranquilo, la tomamos en ascenso.

Las vistas hacia ambos lados a medida que ibas tomando altura, eran fantásticas, también al mirar hacia atrás, se veían los farallones verticales que formaban las estribaciones Este del anterior pico.

Suponía un esfuerzo final el coronar el pico principal de la jornada, pero merecía la pena tomar altura e impregnarte de todas las vistas de los alrededores que se iban descubriendo.

A paso sosegado, alcanzamos su cumbre, nos recibió su poste geodésico, un buzón a forma de cohete, tenía una tapadera cónica y coincidimos con una pareja y su hijo, el de Madrid y ella de Jaén, donde tuvimos una entretenida charla. Desde aquí les mando un saludo.












Aquí arriba, con los deberes cumplidos, gozamos durante un buen tiempo de todas las panorámicas que nos ofrecía, también aprovechamos para picar y reponer energías, además de descansar.

Tocó regresar y con ello, ir cerrando la circular, descendimos por la misma senda de subida hasta alcanzar la cordal, lugar de arranque situado en la base del Cornón, cuando lo encumbramos. Ya sin senderos claros y buscando los mejores pasos, continuamos descendiendo, al principio alineados respecto a la bajada del pico, para algo más tarde, variar la trayectoria, siempre en pendiente descenso, hacia el fondo del valle.




Durante el descenso, a lo lejos y bastante más abajo, se intuía más que se veía, una senda que situada más alta que el río de Sosas discurría por el fondo del valle y nos conduciría longitudinalmente al mismo.

Lo enganchamos aproximadamente al Oeste de Peña Rubia y a unos cien metros de altura respecto al fondo del valle. Nos llevó ya de forma más cómoda, que el tramo que hicimos de descenso hasta su conexión.

La senda en su inicio nos llevó por una liviana plataforma herbácea, para ir poco a poco dejándonos en el fondo del valle a la altura de la majada de Peña Rubia, tras pasar un arroyuelo y próximos a la fuente de los Pastores.



A esa altura, tras atravesar el río de Sosas, el sendero fue cogiendo entidad de camino, que ya no dejaríamos hasta llegar de nuevo a nuestro pueblo donde iniciamos esta aventura. Pasamos junto a la fuente de la Manteiga, las casitas de la majada las Presas, donde pastaban plácidamente un grupo de vacas con el cercado de piedras al lado, luego por la zona de las Veigas y por último, por varias casitas, supongo que La Cuesta.



Sólo nos quedó avanzar algo más para dar con la majada de Brañas de Sosas, donde por la mañana, a la ida, abandonamos el carril por el que ahora llegábamos en sentido contrario. Aquí, cerramos la circular, no el itinerario, que aunque ya era repetido, pues caminaríamos por el mismo de ida, aun nos llevaría varios kilómetros, largos, eso sí, cuesta abajo, hasta llegar a nuestro vehículo aparcado en el pueblo de Sosas de Laciana, en su Barrio Alto.








DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-de-subida-al-cornon-desde-sosas-de-laciana-61162353


NOTA:

 

Con este blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago, normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo. Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los tiempos empleados.

Deseo que os guste, sea de vuestro agrado y os sirva la información.

 

Gracias por vuestra visita.

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