Ruta realizada el día 30 de
Diciembre del 2015.
Siguiente ruta al día siguiente,
que hicimos Mª José y yo, Antonio, por el Parque Natural de Cazorla. Segura y
las Villas.
De Arroyo Frío, tomamos dirección
hacia Vadillo Castril, y de aquí, hasta el Puente de las Herrerías, donde
aparcamos el coche, en una mañana fría y solitaria. Fuimos los primeros en
llegar dejando nuestro vehículo sólo y
abandonado en esos apartados aparcamientos.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos nuestra segunda andadura por estas sierras,
con el objetivo principal de explorar a fondo los Poyos de la Mesa, que tanta
fama le dio, Félix Rodríguez de la Fuente, con el programa de "El Hombre y
la Tierra".
Las zonas colindantes al
aparcamiento eran de expansión y recreo, con fuentes, artilugios para hacer
barbacoas y pasar un espléndido día, junto al curso fluvial en sus inicios, del
potente río Guadalquivir.
Comenzamos a caminar, dirección
Sur, dejando el Puente de las Herrerías a nuestra derecha. El aparcamiento lo
teníamos en la otra orilla, para ponernos en situación. Por un ancho carril que
cortaba el tráfico motorizado mediante una barrera metálica y siguiendo la
dirección de la senda hacia el Pino de las Cruces, como indicaba un poste
indicativo en su inicio.
Sin pérdida, anduvimos paralelos
al río Guadalquivir, entre un enorme pinar de esbeltos ejemplares, de vez en
cuando despuntaba alguna formación o elevación rocosa, que te llamaba la
atención.
Casi sin darnos cuenta, dejamos
el Guadalquivir, para seguir paralelamente un pequeño arroyo tributario del
gran río, el arroyo de los Habares, un curso pequeño, pero con corriente y
saltos, que nos distrajo continuamente. Aquí tuvimos la suerte de ver una
salamandra, que estaba en un estado muy penoso sobre el camino, con su piel
bastante seca, la introducimos en el arroyo esperando que mejorara.
Alcanzamos una bifurcación
marcada mediante postes indicativos, a la derecha hacia el Pino de las Cruces y
a la izquierda, por donde tomamos, hacia los Poyos de la Mesa.
Al poco tiempo encontramos una
nueva bifurcación, en esta ocasión tiramos por la de la derecha, siendo el
ramal de la izquierda por donde regresaríamos de realizar la circular.
Desde su inicio, se trataba de un
carril en ascenso, hasta que llegamos a una zona de falso llano, donde estaban
ubicados los restos del cortijo del Arroyo de los Habares, lugar amplio al
resguardo de los paredones verticales de los Poyos de la Mesa, al Norte y de la
Peña Halcón y las Pegueras, al Sur.
Pero ese pequeño descanso duró
poco, ya que enseguida proseguimos por el claro camino, que volvió a tomar una
pronunciada pendiente.
Llevábamos dirección Sur, hacia el collado de las Pegueras, en continuo
y fuerte ascenso, pero por un firme muy cómodo, entre enormes pinos muchos de ellos
atacados por muérdago. Eso, a mí, me llamó mucho la atención, ya que sólo
conocía el muérdago de la sierra de Grazalema y hasta ahora no la había visto
en otro lugar y menos, sobre pinos.
Bastante antes de alcanzar el
citado collado, el camino cambiaba de dirección, ahora hacia el Este y dejando
al Sur, la elevación de las Pegueras.
En última instancia abandonamos
el cómodo y claro camino, para, entre un pinar, subir un corto recorrido, campo
a través, y encontrarnos en un nuevo collado. El que separaba las Pegueras de
la cordal de la Loma de la Mesa.
Las vistas que se abrieron en
esta zona eran inesperadas, sorprendentes. Un profundo valle por donde
discurría el arroyo de los Tornillos de Gualay. Cortados y paredes verticales,
el cerro de los Torcales de Pedro, el Calar de Juana, algo tapado por las
Pegueras que estaban situadas delante. Un espectáculo.
Del collado, tiramos hacia el
extremo más Sur de esa cordal de la Loma de la Mesa, tratándose de unos enormes
bloques pétreos, con caídas importantes, al que no, sin algún esfuerzo y
búsqueda de algunos pasos, nos encaramamos.
Excelente lugar de oteo, donde se
ganaba en perspectiva, respecto al collado y sobre todo, la visión de la
cordillera de los Agrios, ruta espectacular y montañera que tuve la suerte de
realizar anteriormente.
Tras fotografiarnos y admirar las
vistas desde ese trono de piedra, continuamos por un sinuoso, algo colgado y
creo, único sendero posible para salir de la encrucijada aquella, hasta que
dimos a terreno abierto, siempre entre pinos esbeltos.
En esos momentos, habíamos
perdido la divisoria de la cordal, con lo que de nuevo intentamos conseguirla,
subiendo por una pendiente de rocas calizas, como si la hubiesen desparramado
por ella, hasta alcanzar unos enormes hitos de piedra, pero una vez allí,
divisamos otro claro carril al que nos dirigimos.
Este camino nos llevaba dirección
Noreste, entre la cordal de la Loma de la Mesa y la de la Lancha de la Media
Hanega, a cierta altura y teniendo a la vista las afiladas y pendientes laderas
de la Lancha anterior, se me apeteció subir a su cumbre y así lo hice, mientras
Mª José continuaba por el carril, yo me desviaría hacia la cordal caliza y
luego intentaríamos vernos en un punto más adelantado sobre el camino.
Campo a través logré subir a la
cordal pétrea y una vez allí, la recorrí siguiendo su divisoria de vertientes.
Bonita, agradable, con preciosas vistas y siguiendo de reojillo a ella,
caminando por el camino, aunque los altos pinos que nos dividían, impedían la
localización visual la mayoría de las veces.
Una vez encumbrado y recorrido
algún tramo más de esa preciosa cordal, decido abandonarla y descender por una
inclinadísima ladera que ya había estudiado algo anteriormente, mientras
caminaba por la afilada cresta.
No difícil, pero si guardando
toda la precaución posible, fui descendiendo entre los pinos, lo que me provocó
perder la orientación y dudar en qué punto del camino saldría para encontrarme
con ella.
Durante el trayecto vi varios
gamos y una sima algo profunda, como si de un pozo se tratase, como para ir de
noche por aquí!!
Una vez en el camino, tuve que
pegar dos bocinazos para dar con ella, pero rápidamente nos reunimos.
Reagrupados, ascendimos la ladera
opuesta, siguiendo la dirección aproximada de bajada que traía, para campo a
través, pisar una elevación de 1.665m de la Loma de la Mesa, descender
siguiendo longitudinalmente la cordal un tramo, dirección Noreste, alternando
hitos y algo de campo a través, para descender de ella por la parte más cómoda
y fácil que observamos.
Cambiamos la dirección a
Noroeste, para entrar en un terreno relativamente llano, con pocos pinos,
cruzamos el camino que tomaríamos posteriormente para el regreso y continuamos
hacia los Poyos de la Mesa, dando con otro camino que nos llevó por todo el contorno
Sur y Oeste de esa inmensa plataforma que son los Poyos de la Mesa, viendo y
fotografiando ese gran arco rocoso, que la naturaleza caprichosamente esculpió.
Toda su cara Oeste como la Norte,
son tajos verticales que limitan a una amplia superficie relativamente
horizontal, con suaves lomas por donde caminar. Nosotros alcanzamos su peculiar
poste geodésico, situado en la parte Norte más Occidental. Allí nos encontramos
con un montañero palentino.
Todavía no me explico porque no
la bordeamos completamente, como en principio tenía proyectado, pero el caso es
que tras estar un rato por los alrededores del poste geodésico, de repente nos
vimos caminando hacia el Sur por la plataforma, hasta dar con un claro camino
que nos llevó al que tomamos al dirigirnos hacia la plataforma. No lo
abandonamos en ningún momento y nos condujo hasta el que nos iba a bajar
mediante varios zigzags, de cota.
Este último carril, nos descendió
de cota por el único punto posible, situado entre la ladera Oeste de la Loma de
las Mesas y las estribaciones o murallones cortadas a pico de la parte Sur de
los Poyos de la Mesa.
Un carril que poco a poco se
convirtió en senda montañera que nos iba descendiendo por el fondo de la
vaguada formada por el encuentro de las laderas mencionadas anteriormente.
Era curioso ver esas inmensas
laderas, prácticamente, placas calizas de enormes proporciones, en las que los
pinos se aferraban firmemente a ellas. Impresionaban sus agrestes y elevadas
pendientes.
Esta senda nos llevó al punto
donde por la mañana, a la ida, nos desviamos para realizar la circular, junto
al arroyo de los Habares.
El resto del itinerario fue por
el mismo de ida, caminando ya con una luz escasa.
Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-desde-el-puente-de-las-herrerias-a-los-poyos-de-la-mesa-33597406
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.