Ruta realizada el día 5 de
Septiembre del 2015.
Fuimos Mª José, Juan José y yo,
Antonio, a realizar una ruta, que aunque yo conocía en parte, para ellos iba a
ser la primera vez que pisarían la zona.
También porque tenía el mono de
sierra, después de las largas y seguidas rutas en Asturias.
Está claro que en el Sur,
Septiembre, también pertenece a la estación veraniega. De hecho, el campo lo
cogimos con tonalidades tirando más a amarillas que a verdes, pero estábamos en
la montaña, que es lo que importaba.
Os dejo otra ruta que tengo en el blog donde realizamos un recorrido por la zona algo diferente, aunque también terminamos pisando el Jarastepar. Recorrido.
Procedentes de Ronda y dirección
hacia San Pedro de Alcántara, nos desviamos antes de llegar al Cortijo de la
Ventilla y a la estación de servicio, hacia Parauta y Cartajima. Tomamos hacia
esta última población, la pasamos y dirección Júzcar, antes de llegar a ella,
tomamos a nuestra derecha por un carril de tierra que mediante un poste
indicativo, indicaba "Los Riscos". Carril (que aconsejo para 4x4, si
tenéis en estima vuestro vehículo) que tomamos hasta que se nos cortó en un
ensanchamiento limitado por barandillas de madera, a modo de aparcamientos. Había
un poste a la entrada que indicaba hacia Barranco Majales. Este carril, según
IGN, es el Camino de Ronda a Júzcar.
Con mochilas a la espalda y botas
de montaña en los pies, iniciamos desde este rellano artificial, nuestro
trazado. Comenzamos atravesando una portilla situada en frente de la entrada al
aparcamiento, para dejar a nuestra izquierda una nave ganadera, el cortijo
Herrero.
Ascendimos por sendero,
concretamente el sendero de las Eras y por la misma divisoria, algo alomada, de
una corta estribación, hasta que nos llamó poderosamente la atención el primer
risco torcaliano que poseía una entrada como de un túnel, perfectamente
rectangular, que no pudimos soportar atravesarla. Comenzamos a hacer el cabra,
nos faltó tiempo, subiendo y bajando entre las rocas, hasta que volvimos a
retomar el marcado y claro sendero de las Eras, marcado mediante postes de
madera con franjas blancas y verdes y unas flechas de dirección.
Visitamos diferentes eras,
rodeadas de un paisaje casi extraterrestre, muretes calizos estratificados.
Erosionados por el agua y el viento al cabo de los miles de años. La verdad es
que resulta un paisaje muy particular y fantástico. Un torcal precioso y
parecido al de Antequera, salvo su superficie, que es bastante menor.
Formas diferentes, caprichosas y
llamativas, a cada cual más curiosa y extraña, a algunas se les podía poner
nombre por el parecido con cosas reales semejantes, sólo había que tener algo
de imaginación.
Recuerdo que en un punto
abandonamos el sendero oficial y tomamos dirección Norte. Al principio rodeados
de esa mágica caliza que hacía arder el disparador de la cámara fotográfica,
hasta que por la zona de Erilla Empedrada, fue disipándose el torcal como por
arte de magia, y nos encontramos con un
típico suelo terroso, con hierbas secas y rocas esparcidas, con un cerro que se
elevaba delante nuestra.
A él nos dirigimos y en poco
tiempo estuvimos en su cumbre, se trataba del Cerro Redondo, las vistas se
fueron ampliando, se veían cordales calizas, así como diferentes pueblos del
valle del Genal.
Continuamos por un terreno
pedregoso de color blanquecino y amarillo con ciertas motas verdes de los
cojines de monjas, esas matas casi esféricas con multitud de pinchos. Siempre
me he preguntado el porqué de ese nombre, ! pobres monjas !
Continuamos hacia el Cerro
Bolinas, que encumbramos también de forma rápida. Recuerdo las vistas sobre el
pueblo pitufo de Júzcar, con todas sus casas azules, que aún se conservan así,
por el numeroso público que sigue visitándolo.
Acto seguido nos tocó pasar una
valla, prácticamente pegada al cerro, una de las primeras que Mª José saltaba.
No lo hizo mal, para su falta de costumbre.
Tras ese obstáculo y por terreno
casi horizontal, nos dirigimos a la elevación principal de la zona, el pico
Jarastepar, aunque físicamente no lo pareciera, pues apenas despuntaba ni se
elevaba del terreno donde se ubicaba su poste geodésico.
Fotos atestiguadoras de haber
culminado con éxito la empresa. Continuamos algo más hacia el Norte, por
asomarnos y curiosear algunas otras plataformas o miradores naturales de las
que teníamos unas impresionantes vistas del Tajo de Ronda, la población y de
algunas sierras del alrededor.
Comenzamos la vuelta de regreso y
con ello, el ir cerrando la circular emprendida, caminando ahora dirección Sur,
más o menos paralelamente al trazado de ida, pero algo más hacia el Oeste.
A la altura de la Cañada del
Agua, algo más al Oeste de los cerros Bolina y Redondo, tuvimos que volver a
saltar la misma valla, pero por otro punto, avanzamos algo más y nos
encontramos con una posible sima.
Caminábamos por la parte superior
de la cabecera que formaba el valle, por donde discurría en su fondo el arroyo
de la Fuente. Teníamos aprioris, la
posibilidad de bajar por el propio cauce, por nuestra propia vertiente o por la
contraria, la del frente, que mucho más llamativa y formada casi en su
totalidad por los Riscos que vinimos buscando, no nos dejó elección y para allá
que nos fuimos.
Cruzamos a la vertiente
contraria, por Cañada Grande, conectamos con un marcado sendero, con clara
dirección Sur, y otra vez entre los Riscos, además de fotografiarlos, no nos
quedó otro remedio que subirnos a algunos que nos llamaban poderosísima la
atención.
Por la Cañada de la Encina, el
sendero nos condujo entre la Cereta y la Cueva del Agua, para ir descendiendo
de una forma progresiva por una tenue vaguada, bastante tumbada, por donde
pasamos entre formas pétreas, la mar de chulas y curiosas.
Incluso un rebaño de cabras sentadas
en uno de esos graderíos que formaban los riscos, nos miraban atónitas.
Terminamos saliendo por la Cañada
del Agua, hasta toparnos con un vallado, que por no saltarlo, lo seguimos
paralelamente dejándolo a nuestra derecha durante un largo trayecto, que en
algunos puntos, incluso, era algo incómodo el progresar por él.
Este vallado iba paralelo al
Camino de Ronda a Júzcar, por dónde llegamos en coche, y poco a poco iba
descendiendo y acercándose a él, por ese motivo caminamos tanto tiempo junto al
vallado, pero llegó un punto donde terminó esa posibilidad, obligándonos a
dejarlo y buscar una salida hacia el cercano camino.
Terminamos saltando otra valla de
forma sencilla y nos encontramos sobre el camino, sólo restó menos de
cuatrocientos metros por él, para llegar al coche.
Un recorrido precioso y muy
llamativo que subiría muchos enteros en época otoñal o invernal e incluso
primaveral. pero no idóneo para verano, como lo hicimos.
Si quieres el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/circular-por-los-riscos-de-cartajima-y-subida-al-jarastepar-desde-cartajima-23260320
NOTA:
Con este
blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago,
normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo.
Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de
realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en
cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las
explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de
este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni
la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los
tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro
agrado y os sirva la información.
Gracias por vuestra visita.
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