sábado, 24 de marzo de 2018

Circular por todas las máximas elevaciones de la plataforma del Endrinal. Sierra de Grazalema


Ruta realizada el día 19 de Septiembre del 2015.

Fuimos Mª José y yo, Antonio, a recorrer toda la parte superior del Endrinal, subiendo a todas las elevaciones características de esta zona.

Prácticamente la totalidad de la ruta, salvo algunos pequeños trayectos, los conocía, aunque en ningún momento los había recorrido todos juntos de una sola vez, al final salió un recorrido bastante redondo.

Llegamos a Grazalema y aparcamos junto al camping Tajo Rodillo. Con las mochilas a la espalda y las botas de montaña en los pies, iniciamos la clásica subida ,por el marcado sendero hacia el Puerto del Endrinal, siempre con los paredones verticales del Peñón Grande a nuestra derecha.


Pasamos la era reconstruida y justo antes de coronar el Puerto, las vistas de las elevaciones del Endrinal se dejaron ver al fondo, marcando el horizonte entre el cielo azul y la tierra.



A continuación, y tras ojear un cartel de la Junta informando sobre los Llanos del Endrinal, colocado en el mismo puerto, bajamos hacia los Llanos del Endrinal. Antes de llegar a ellos, nos encontramos unos postes indicativos y seguimos dirección hacia el Puerto de las Presillas. Pasamos junto a un enorme cercado de madera, que disponía de entradas que permiten el paso a las personas, pero no al ganado.


Lo pasamos completamente e inmediatamente a continuación, hay que estar atentos a ver un hito (en una zona que hay muchos troncos cortados, como asientos), donde debemos abandonar la clara senda, para tomar hacia la izquierda, por otro sendero bastante bien marcado, que será el de subida a la plataforma del Endrinal.



El sendero en continuo ascenso va zigzagueando por la ladera entre un pinar no demasiado espeso. A medida que ibamos tomando altura, el Peñón Grande fue quedándose bajo nosotros y comenzamos a tener buenas vistas sobre los alrededores de la población de Grazalema.



A cierta altura, comenzaron a ralear los pinos y es en esos momentos donde nos salimos del sendero oficial de subida, para comenzar nuestra aventura a nuestro aire.

Entre los últimos pinos de esta ascensión nos fuimos desplazando para ir buscando la cordal del Reloj. Salvada la barrera vegetal, lo que se mostraba ante nuestros ojos, era un mar de caliza caótica, con sus hundimientos, dolinas, algunas de varios metros de profundidad, sus fisuras, grietas y aristas cortantes, que tan fácilmente cortan y desgastan las suelas vibram de nuestras botas.







Tras buscar los mejores pasos entre las rocas calizas, nos situamos en la parte inferior de la cordal, no la había hecho nunca, y en este tipo de terrenos, siempre hay que intentar tener varias alternativas. 

Pero a medida que íbamos progresando, subiendo por la misma, fui comprobando que se trataba de una cordal asequible, amable y grata de ascender. Cómoda y disfrutona, con vistas a ambas vertientes.
Gozamos ampliamente de esa ascensión y en poco tiempo nos vimos sobre la cumbre del Reloj, tantas veces pisada anteriormente.










Con su característico poste geodésico roto y tumbado sobre las rocas. Nuestra primera cumbre realizada. La segunda, estaba justamente al lado, hacia el Oeste.


Descendimos unos metros dirección Sur, buscando la clara cuerda rocosa que une ambos picos. La tomamos, cambiando la dirección a Oeste y por esa cordalita o puente rocoso de unión, nos fuimos acercando a la ladera rocosa del Simancón.




Ayudándonos con los hitos, fuimos remontando la ladera hasta conseguir encumbrarlo. ya sobre la cumbre, Mª José quiso tomarse una naranja, pero yo preferí recorrer parte de la cresta cimera, que tampoco la conocía. Tiré un tramo dirección Norte, donde me encontré con varios machos monteses, que tomaban el sol y que no quise molestar, pero al final, los pobres animales se levantaron del lugar, por desconfianza.

Regresé de nuevo al hito cimero del Simancón, para reunirme con ella y continuar el itinerario.







Bajamos siguiendo su cordal, la contraria a la que estuve hace un momento y a cierta cota cambiamos la dirección, otra vez Oeste, para buscar nuestra tercera elevación en la zona.





Durante ese trayecto, nos encontramos un pequeño risco plagado de ovejas, la mayoría con la cabezas bajadas, como escondidas, !Qué diferentes a las cabras! continuamos por terreno algo más llano, siempre sorteando piedras y plantas de bajo porte, hasta que cruzamos perpendicularmente el sendero que bajaría hacia el Circo de Dornajo o a la Cuesta de Fardela.



Algo más adelante, comenzamos la subida, entre piedras calizas, buscando siempre los mejores pasos, hasta alcanzar esa elevación, de la que desconozco su nombre.

Mientras Mª José se lo tomaba con calma, sentada sobre una cómoda roca, yo me dediqué a recorrerla hacia el Norte, mirando diferentes rincones.






Escudriñado el lugar, proseguimos, bajamos de esta tercera elevación, hacia el Suroeste, hasta llegar al mismo borde o arista perimetral de la plataforma. Cambiando de dirección, porque así lo exigía la arista, tomando hacia el Noroeste, siguiendo fiel su contorno. Al final de la misma, se encontraba el Arco del Endrinal.

Durante un tramo estuve caminando paralelo a un vallado situado constantemente a mi izquierda, entre grandes rocas y por la periferia de esta plataforma, mientras Mª José, más inteligente, caminaba por un senderillo situado al Este de mi trayectoria, mucho más marcado y cómodo, que ella misma descubrió.







Desde este tramo, se tenía una perfecta visión sobre la Casa de Dornajo, así como, del interior de toda la plataforma del Endrinal, que íbamos circunvalando.



Encontramos el Arco del Endrinal, donde con cuidado, ya que es una enorme vertical, nos fotografiamos.








Cambiamos de nuevo el rumbo, ahora Norte, siempre por el contorno o perímetro, con las impresionantes vistas de toda la sierra del Pinar, frente a nosotros.

Esa parte es la menos cortada y el terreno se aplana, se hace más tumbado, siendo la mejor zona de escape de toda la plataforma.



Siguiendo sendas de cabras y tramos por rocas calizas, nos fuimos acercando a la siguiente elevación, el Navazuelo, la situada más al Noroeste. No era difícil, el objetivo lo teníamos claro, aunque no existía un sendero marcado, así que poco a poco, avanzamos hasta llegar a la base caliza de su ladera y sólo nos restó una corta subida con algo más de pendiente para encontramos en su cima. Navazuelo conquistado.





Descansamos un rato y admiramos las formidables vistas que desde aquí se obtenían. No paramos mucho y pronto nos pusimos en marcha, ahora, dirección Este, para ir cerrando la circular.

Todo este tramo era por pura caliza. Lo primero que subimos fue una formación curiosa, como un huevo enorme con su superficie de caliza lisa y redondeada, para luego proseguir por una zona que estaba marcada mediante hitos, la más técnica del recorrido.




Según por donde tomaras, te podías quedar bloqueado y tener que retomar otras alternativas. Era una zona con numerosos y grandes hundimientos, muchos de ellos con las paredes lisas donde no existían agarres. Había que caminar muy atentos y sin distracción alguna. Un auténtico caos de rocas, con resaltes, fisuras, grietas, cuchillares y hoyos, que había que ir sorteando continuamente, hasta que por fin alcanzamos la elevación situada más al Norte de esta plataforma. También sin nombre conocido.








Por sus alrededores, algo más al Norte, gozamos de unos espléndidos miradores naturales, que además de ofrecernos unas vistas excepcionales sobre el valle de la Garganta del Boyar, nos ofreció puntualmente, un lugar idóneo para ver unas carreras de coches que se estaban realizando por la carretera que une Benamahoma con Grazalema, todavía recuerdo como rugían esos motores y sus tubos de escape. Todos coches de época, de chasis, no creo que de motor, ya que tendrían veinte años o más de antigüedad.




Ya sólo nos quedaba por encumbrar, el Yedrales y así cerrábamos la circular emprendida por la mañana, pero en lugar de tirar directamente hacia él, cosa que sí hizo Mª José, yo preferí recorrer la cordal caliza que partía hacia el Sur y nacía desde este mismo pico.

Gocé como un enano por toda esta cordal caliza con todos sus ingredientes, por supuesto, eran autofotos, las que me realizaba y tenía muchísimos fondos a elegir. Terreno calizo 100%

Terminé bajando de la arista, cambiando a dirección Este, para comenzar la subida por la ladera del Yedrales, donde cómodamente y sentada me esperaba ella.

Es un ascenso bonito y curioso a la vez, ya que se superan una losas enormes y lisas, poco frecuentes en la zona y en lo más alto, un escalón donde había que hacer uso de las manos, aunque sin demasiada dificultad.














Acabamos encima de nuestro último objetivo. El Yedrales, conquistado y pisado respetuosamente, sólo nos quedó bajarnos por su ladera Sureste, que es algo escalonada, ayudándonos a veces de las manos e ir al encuentro del sendero que subía a la plataforma desde los Llanos del Endrinal, desde la zona de los trocos cortados, os recuerdo.







Sólo nos quedó descender por él, muy marcado y claro, llegando al punto, donde a la ida, nos desviamos y abandonamos la senda que nos hubiera llevado al Puerto de las Presillas, el resto del itinerario coincidió con el realizado al inicio por la mañana.










Por supuesto, acabamos en nuestro bar favorito, bar Rural, en Montellano.

DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:






 Si quieres el track de la ruta, pincha en el siguiente enlace:




NOTA:

Con este blog solo quiero dejar constancia de algunas de las salidas que hago, normalmente acompañado de mis amigos, por las Sierras por las que me muevo. Sólo pretendo aportar mi experiencia personal, en el momento puntual de realizar mis itinerarios, que como comprenderéis pueden ser cambiantes en cuanto a climatología y estaciones del año y no es mi intención que las explicaciones, comentarios y fotos que acompañan a cada una de las entradas de este blog sirvan de guía para otros montañeros, ya que no tiene por qué ser ni la mejor opción de ruta, ni las mismas condiciones del tiempo, ni tampoco los tiempos empleados.
Deseo que os guste, sea de vuestro agrado y os sirva la información.

Gracias por vuestra visita.