miércoles, 9 de octubre de 2013

RUTA LINEAL DE SUBIDA AL CERRO CABEZA DE CABALLO

Ruta realizada el día 7 de Septiembre de 2013.

Fuimos Mª José y yo, Antonio, el que les escribe.

Decidimos patear por esta zona porque este fin de semana era malo, climatológicamente hablando, casi en toda Andalucía y aquí se suponía que era lo menos malo tras ver los pronósticos del tiempo en diferentes web. Lo que menos se nos apetecía era quedarnos en casa, así que le echamos valor y, por un módico precio, nos alquilamos una habitación en la Pensión restaurante Páramo, en la Herradura, un paraíso para los buceadores.

Nuestra idea inicial era la de subir al pico Cielo y seguir toda la cordal hasta intentar culminar en el Navachica realizando una ruta totalmente lineal. Ida y vuelta por el mismo camino para no tener complicaciones.

Resultó una mañana lluviosa. Paró alrededor de las 11,30h y, tras pensarlo mucho, decidimos subir aunque el Navachica, por lo pronto, se antojaba muy distante en esos momentos.

Cogimos el coche y procedentes de la Herradura y por la carretera nacional, con dirección a Nerja, pasamos el túnel de Cerro Gordo y, tras varios kilómetros, tomamos a nuestra derecha la carretera comarcal MA-179, según el IGN (en la propia carretera estaba marcada sobre fondo amarillo pero como MA-mil seiscientos y pico, no recuerdo bien, pero se trata de la comarcal que va paralela al río de la Miel y que pasa por debajo de uno de los viaductos de la autovía).

Circulando por ella, de buen firme, vimos las secuelas de la lluvia intensa, ocurrida recientemente, en diferentes partes del asfalto. Estaba cubierto por multitud de piedras arrastradas por el discurrir de las aguas sobre el mismo, como si de un arroyo estacional se tratara. Menos mal que el día no presagiaba más agua.

Dejamos a nuestra izquierda una cantera abandonada, cantera de Valverde, que parecía que funcionaba de vertedero de material vegetal.

Continuamos por ella durante varios kilómetros hasta que llegamos a la altura de una bifurcación bien evidente, a la izquierda en ascenso y a la derecha en descenso más suave. Tomamos para la izquierda hacia arriba. Teóricamente en este punto muere esta comarcal pero no resulta demasiado claro, al menos para mí.

Según el plano del IGN, pasamos otra bifurcación, tomaríamos en este caso hacia la derecha, que nos llevaría hasta el lugar donde dejamos nuestro vehículo. Comento lo del IGN, porque yo no recuerdo haber visto ese cruce o, al menos, no sería muy evidente.

Este tramo seguía siendo asfaltado pero más estrecho. Pasado el cortijo de Rijas que dejamos a nuestra derecha y el desvío a los cortijos de Quirós, un poco más adelante, a nuestra derecha,  se abría un pequeño ensanchamiento, para poder dejar nuestro coche y otro más, próximo a un camino que bajaba y salía a nuestra derecha que se dirigía a otras casas que se veían perfectamente desde la carretera.

El día parecía que se estaba abriendo y mejorando pero la hora jugaba en nuestra contra. No recuerdo si eran las 12 o las 12,30h cuando salimos del coche. En principio si conseguíamos el pico Cielo, nos daríamos con “un canto en los dientes”. El resto del proyecto inicial, lo veíamos muy difícil de acometer.

Con mochilas a la espalda y botas de montaña en los pies, iniciamos nuestra ruta. Os advierto una cosa, si os gusta el “ROCE”, este es el itinerario ideal, pero el roce constante con aulagas y demás plantas pinchosas que están siempre en continuo contacto con nosotros. ¿De qué tipo de roce os creíais que estaba escribiendo??

El sendero muy bien marcado, sin lugar a dudas ni pérdidas, pero flanqueado la mayoría de su longitud por esas dichosas plantitas que hay en los montes. También había zonas de romero que te ofrecían un aroma extraordinario.

Más arriba, el roce se transformaba en pringoso al pasar entre las jaras.

Lo dicho, para todos los gustos.

Anduvimos un corto trayecto por la carretera hasta encontrar el hito de piedra que marcaba el inicio del sendero a la altura aproximada del camino que baja hacia la casa de las Viñas.

Al principio, entre pinares y arbustos de bajo porte, vamos ascendiendo, tomando altura rápidamente y dejando las edificaciones por debajo.



Consiste en un sendero que desde el principio, en continua ascensión, sube por la ladera de una forma decidida. Una ladera cubierta completamente de vegetación!!! Si no fuera por el claro sendero, sería prácticamente imposible pasar. El problema es el que comenté al principio, estás continuamente en contacto con las plantas y vas sufriendo pinchazos continuamente pero, a medida que vas tomando altura, va mereciendo la pena realizarlo.



Al comienzo te sientes como cobijado entre diferentes laderas que te van custodiando pero, pronto, intuyes el collado al que hay que llegar situado a la derecha del cerro Cabeza de Caballo, pico que teníamos previsto visitar durante el trayecto hacia el pico Cielo.




Pasamos junto a la boca de una sima que tenía una pequeña placa: “Sima de subida a Cornocalejo”.

Más tarde, este sendero, que no terminaba de subir, nos depositó en un pequeño llano, previo a las ruinas del cortijo de Cornocalejo, como si se tratase de lo que podría ser un pequeño campo de siembra de cereales ya que aquí, durante un pequeño intervalo, la vegetación arbustiva nos abandonó y pasó a espigas secas caóticamente repartidas, pero fue fugaz, rápidamente continuamos con la tónica del trayecto.



A continuación encontramos una fuente con un abrevadero rectangular plagado de renacuajos que vertía sus aguas sobre otro semicircular más bajo.



Pasamos unos grandes árboles y a partir de aquí, la pendiente se agudizo algo más, aunque admisible. Desde aquí se tenían bonitas vistas costeras, el problema es que el día se iba cubriendo de nuevo y se veía una línea gris que se iba aproximando a nosotros.


En seguida nos encontramos en el collado marcado con dos grandes hitos. Uno de ellos marcaba la dirección a seguir hacia el Cielo, pero nosotros lo dejamos a nuestra espalda para ir hacia el Cerro  Cabeza de Caballo, que lo teníamos al lado. En ese momento observamos que no se trataba de un simple cerro sino de un promontorio rocoso con caras verticales de difícil acceso aparente.






Lo primero que nos encontramos para acceder a él fue una masa ingente de jaras pringosas tupidas aunque, al observar con cuidado, se percibía un tenue senderillo entre ellas, así que nos pusimos mano a la obra y, entre un bosque de jaras de casi nuestra altura, nos internamos  caminando por toda la cordal hasta alcanzar la base del cerro, no sin algunos problemas de enganches y roces pringosos, ja, ja..




Salimos a una cara inexpugnable, así que tuvimos que rodearla. Ya por entonces las nubes nos estaban rodeando y nos empezábamos a meter en una niebla sutil que, poco a poco, se fue espesando hasta dejarnos con una visión de unos 10 metros cuando más visibilidad necesitábamos, pues el bordear el cerro era caminar por un sendero al borde de un alto precipicio que teníamos a nuestra derecha.






Había que caminar con mucho cuidado y entre matorral, con un confuso senderillo por decir algo. 

Continuamos hasta el extremo suroeste para invertir el sentido hacia el cerro.

En ningún momento se percibían claros accesos para subir a su hito cimero y, encima, estábamos entre una niebla densa que no paraba de entrar por donde nos encontrábamos. Lo intentamos por otras zonas bordeándolo algo más. Incluso, en un momento en que la niebla nos permitió ver algo más, pudimos subir con cierta seguridad pero, enseguida se echaba la niebla y no era un lugar para aventurarse.




Así que a diez metros del hito en longitud, no en altitud (la verdad es que ni eso teníamos claro), desistimos.

Era peligroso trepar sin tener claro por dónde ir con lo que aquí, se nos terminó toda la aventura de la jornada.

Volvimos por nuestros pasos. Por supuesto, el pico Cielo y todo lo demás se perdió de nuestra vista y de nuestro proyecto inicial, con lo que regresamos al coche y, nuestro gran proyecto de ruta se convirtió en esto otro más reducido que, incluso, no llegamos a completar del todo ya que no nos fotografiarnos en su hito cimero, pero prácticamente estuvimos en él.




Para concluir, la ruta realizada sería desde el cortijo de Rijas al cerro Cabeza de Caballo y no el proyecto inicial que las condiciones climatológicas impidieron.


Menos mal que un buen baño en las aguas de la Herradura, por la tarde, nos confortó nuestro ánimo.

DATOS DE INTERÉS DE LA RUTA:




Si quieres el track de la ruta, pincha sobre el siguiente enlace:

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